2018: ¿De vuelta a la crisis sexenal? | LandingMX

Tuesday, January 28, 2025

El término crisis sexenal para algunos de nosotros parecía estar reservado a pasajes anecdóticos y libros de historia económica, ya que en los últimos años, gracias a cierta responsabilidad de las autoridades encargadas del manejo de las finanzas públicas, no habíamos estado expuestos a lo que nuestros padres cada cambio de presidente. Sin embargo, con el regreso del PRI a la presidencia en 2012, regresaron muchos de sus vicios y prácticas. Una de ellas, el endeudamiento excesivo del gobierno federal, lo cual podría llevarnos de nueva cuenta a una crisis de final de sexenio.

Pero, ¿por qué se teme que los fantasmas de la crisis de final de sexenio volverán a aparecer en 2018?, se teme porque hay indicadores que señalan que el gobierno federal se ha endeudado indiscriminadamente en lo que va de este mandato, ya que, de acuerdo a estadísticas publicadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (“SHCP”), el saldo bruto acumulado de la Deuda del Sector Público Federal a septiembre de 2016 asciende a 9,422,314 millones de pesos que equivale al 49.2 por ciento del PIB a ese mismo mes. En el Gráfico 1 se pueden observar los Saldos Brutos de la Deuda de Sector Público Federal en millones de pesos y su comportamiento a partir de diciembre de 1990 hasta septiembre de 2016.

Fuente: Elaboración propia con información de la base de datos de la SHCP: http://finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/es/Finanzas_Publicas/Estadisticas_Oportunas_de_Finanzas_Publicas, consultada el 22 de noviembre de 2016.

En cuanto a la participación porcentual de los Saldos Brutos de la Deuda con respecto al PIB (“razón de deuda-PIB”), el Gráfico 2 muestra cual ha sido el comportamiento de este indicador a partir de diciembre 1990 a septiembre de 2016.

Fuente: Elaboración propia con información de la base de datos de la SHCP: http://finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/es/Finanzas_Publicas/Estadisticas_Oportunas_de_Finanzas_Publicas, consultada el 22 de noviembre de 2016.

Es de llamar la atención y mucho, que el 41.66 por ciento de esta deuda acumulada, es decir, 3,925,514 millones ha sido contraída por el actual gobierno. Para darnos una idea, el monto de la deuda contraída del 1 de enero de 2013 al 30 de septiembre de 2016 que equivaldría a 60,688 millones de USD sería similar -de acuerdo a datos del Banco Mundial- al PIB del año 2015 de Costa Rica (51,106 millones de USD), Panamá (52,132 millones de USD) o Uruguay (53,442 millones de USD), por poner algunos ejemplos.

Retomando las cifras de la SHCP, al hacer una comparación de la deuda contraída en el sexenio inmediato anterior que al 31 de diciembre de 2012 ascendió a 3,159,481 millones de pesos (34 por ciento del PIB) con la deuda que ha contratado el gobierno actual en menos de 4 años acumulando 3,925,514 millones de pesos a junio de 2016 (49.2 por ciento del PIB), nos damos cuenta que el nivel de endeudamiento en lo que va de este sexenio ha sido muy pronunciado e incluso se prevé que en estos últimos años de gobierno, la razón deuda-PIB crezca a más del 50 por ciento, es decir, deberemos más de la mitad de lo que produce la economía mexicana en un año.

La economía mexicana no es la única que atraviesa por una situación similar o peor, hay economías que incluso tienen una razón de deuda-PIB mayor a la que presenta la economía mexicana, llegando algunos a tener razones mayores a 100 e incluso 200 por ciento. Sin embargo, el ritmo de crecimiento del endeudamiento federal en menos de 4 años, que ha sido de 71.41 por ciento pasando de 5,496,800.23 millones de pesos en diciembre 2012 a 9,422,314 millones de pesos en septiembre de 2016, representa un gran problema si sigue esta tendencia.

La situación comienza a ser alarmante, tanto, que el gobernador del Banco de México (“Banxico”), Agustín Carstens[1], el 31 de agosto de 2016 señaló que los niveles de deuda se estaban “acercando a los límites de lo razonable” y exhortó a la SHCP a que tomara una actitud fiscal más prudente para conducir a un comportamiento más favorable en el déficit de la cuenta corriente de las finanzas públicas, lo cual, inevitablemente nos llevará a recortes como los propuestos en el presupuesto de egresos para el año 2017.

Algunos pensarán que contraer deuda no es necesariamente malo y sí, es una apreciación correcta, nos podemos endeudar en proyectos de inversión que nos den un rendimiento mayor al costo financiero total del préstamo, sin embargo, el endeudamiento público federal no ha sido destinado a proyectos de inversión o infraestructura que generen beneficios futuros para la economía mexicana sino para el gasto corriente del gobierno, es decir, pagar sueldos y salarios de la burocracia los cuales no deberían ser pagados con deuda. Equiparando esta situación con nuestro día a día, lo que el gobierno federal está haciendo es como si nosotros pagáramos nuestra despensa con tarjeta de crédito y a mensualidades, el primero es un problema de finanzas públicas, el segundo de finanzas personales.

Ante esto, podemos decir sin reparo que el gobierno federal ha tenido un manejo irresponsable de las finanzas públicas, aún cuando ha tenido recursos extraordinarios por el impuesto a las gasolinas y el remanente de operación proveniente de Banxico[2]. Esta manera tan irresponsable de manejar las finanzas públicas, sin duda, puede desencadenar una crisis económica de final de sexenio si no se toman medidas adecuadas para disminuir o al menos controlar este endeudamiento.

Como se podrán imaginar, al hablar de endeudamiento del sector público federal estamos hablando indirectamente de la incapacidad del gobierno de recaudar impuestos debido a fenómenos económicos como el desempleo, el empleo informal, la falta de crecimiento de la economía mexicana, entre otros muchos temas que iremos abordando de ahora en adelante en la sección de Economía y Negocios de LandingMX.


Referencias

[1] El 1 de diciembre de 2016, Agustín Carstens anunció que dejará el cargo de gobernador del Banco de México a partir del 1 de julio de 2017 para hacerse cargo de la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).

[2] El ingreso del remanente de operación es un ingreso de carácter no recurrente que resulta de las posiciones en dólares de Banxico al depreciarse el peso mexicano. En 2015 ese remanente fue de 239 mil millones de pesos.