Hace 4 días, el Partido del Trabajo propuso desaparecer las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) y, de esta manera, regresar a un sistema de pensiones manejado por el Estado que, según su propuesta, resuelva la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones.
El Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) fue creado en 1997 como respuesta a la gran presión presupuestaria que suponía tener un sistema centralizado administrado por el gobierno.
Cabe recordar que México en 1997 comenzaba a recuperarse de la Crisis de 1995, en la cual la recaudación fiscal había caído de manera significativa, por lo cual, mantener un sistema de pensiones centralizado suponía una carga muy pesada para el Estado.
El entonces nuevo sistema proponía, en lugar de un gran fondo de pensiones centralizado y administrado por un ente público, la creación de cuentas individuales en la que cada trabajador aportaría recursos de acuerdo a su ingreso y las aportaciones voluntarias que hiciera. La administración de los recursos la llevarían a cabo las Afores.
El modelo de Afores está basado en el sistema chileno, que inició en 1981, el cual fue formulado en plena dictadura y planteó, en contraposición del resto del mundo, la individualización como respuesta a la presión presupuestaria que el gobierno de la junta militar enfrentaba.
En Chile las Afores se llaman Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y a 37 años de su creación, ha comenzado a mostrar su lado negativo. Los economistas que crearon el modelo olvidaron una variable importante, el aumento de la esperanza de vida debido a un ingreso per capita más alto, el avance de la ciencia y la tecnología.
Después de 37 años, los primeros jubilados chilenos han recibido menos de lo que al principio del sistema se les había prometido. Las pensiones son muy bajas respecto del nivel de vida que tienen los ciudadanos en su etapa activa, es decir, se condena a las personas a vivir con un nivel de ingresos mucho menor al que tenían cuando trabajaban, llegando a tasas de reemplazo de tan solo 33.5% para hombres y 30.3 para mujeres, según un estudio de la OCDE, es decir, que del total de tu último sueldo percibido, solo recibirán alrededor de un tercio como pensión.
El escenario para México no es mejor, la Comisión Nacional del Sistema Ahorro para el Retiro (CONSAR), “precisó que el Sistema enfrenta retos importantes como un monto de ahorro obligatorio insuficiente para garantizar una adecuada tasa de reemplazo (se estima que con las condiciones actuales se tendrá una pensión de entre 25% y 30% del último salario).”[1]
Además señaló que el Sistema enfrenta retos como “integrar los pilares no contributivo y contributivo para lograr una mayor eficiencia y equidad en nuestro andamiaje pensionario, además se requiere incentivar que los trabajadores independientes y por cuenta propia se unan al SAR, ya que la cobertura pensionaria en el país se mantiene baja.”[2]
En otras palabras, existen muchas personas que no tienen un trabajo formal y por lo tanto, cuando lleguen a la edad de jubilación, no tendrán ningún tipo de ingreso que hayan generado por su trabajo, quedando a expensas de los programas sociales gubernamentales y, en dado caso, de transferencias monetarias familiares.
La propuesta del Partido del Trabajo, sin embargo, no es una alternativa viable en un país en el que la transición demográfica apunta a que a partir de 2025, habrá más adultos que jóvenes.
Referencias
[1] Con información del sitio Dinero en Imagen: https://www.dineroenimagen.com/economia/los-grandes-retos-del-sistema-de-ahorro-para-el-retiro-21-anos-de-su-creacion/101083, consultado el 28 de noviembre de 2018.
[2] Ibídem.