Ajedrez: Las combinaciones de la vida | LandingMX

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Perspectivas

Ajedrez: Las combinaciones de la vida

>Carlos Flores Carlos Flores
mayo 26, 2017

PRIMERA PARTE DEL POEMA “AJEDREZ” DE JORGE LUIS BORGES

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

 

Existe un juego de mesa, el más antiguo que se conoce, que se compone de 32 piezas repartidas en un tablero que a su vez está dividido en 64 casillas o escaques, usualmente blancos y negros, y cuyas piezas tendrán la misma disposición dicromática. Se llama Ajedrez.

Según el sitio online www.chess.com, a las 14:25 horas del día 24 de abril se habían jugado 1,383,579 partidas en todo el mundo, solo en ese día y sólo en ese website, con un total de 17,540,666 usuarios inscritos en un planeta con un poco más de 7 mil millones de habitantes, claro que existen más de 500 sitios web de este tipo.

El mencionado sitio web lleva en la red más o menos 20 años, aunque ha cambiado de nombre y de dueños y ha experimentado también la fusión con otros sitios de internet dedicados al ajedrez. En cifras globales cito a Leontxo García, jugador profesional y periodista de ajedrez: “(..) con más de treinta años de experiencia comenta una encuesta elaborada por una empresa estadounidense que asegura que en el mundo hay 605 millones de ajedrecistas: 85 millones en la India, 50 en Rusia, 35 en Estados Unidos, 16 en Alemania y 6 en el Reino Unido, que son los países donde la encuesta ha profundizado más (23/09/12).[1]

Lo anterior nos remite a que el 8.7% de la población mundial juega al ajedrez, es decir, una de cada 9 personas juega o habrá jugado al ajedrez hacia el resto de sus vidas. Usted, querido lector, seguramente ha jugado al ajedrez en algún momento, y si no lo ha hecho, seguramente lo hará.

Para obtener una mejor referencia, se puede visitar el sitio web www.chess-links.org que monitorea aproximadamente 500 sitios de ajedrez en todo el planeta y presenta los rankings por números de usuarios y popularidad.

Una vez estimada la popularidad de este juego, intentaremos descubrir qué es lo que lo hace tan atractivo; los jugadores de ajedrez se maravillan ante la multiplicidad de opciones que se manifiestan después de cada movida; los seguidores del ajedrez hablan sobre la teoría de aperturas y las tendencias modernas; los filósofos y artistas lo consideran una obra de teatro que representa a la vida misma.

Adentro irradian mágicos rigores 
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores. 

¿Cuál es el objetivo del ajedrez? Tal como la leyenda cuenta, un sabio de un país antiquísimo y olvidado ya, explicó al rey que le encargó el diseño de un juego para pasar el tiempo, que el objetivo del mismo era capturar al rey del bando contrario, mediante un ataque ineludible, llamado jaque mate.

El juego simbolizaba una batalla entre dos reinos, por ello al Rey le acompañarían una Dama (Reina, en otros países), dos alfiles que comprenden el poder ideológico, la Iglesia representada por sus obispos o consejeros. Dos Caballos (Caballeros, en otros países), y dos Torres apostadas en los flancos extremos de la alineación principal del equipo cercano al Rey. Frente a ellos, están 8 peones alineados que de la mano irán abriendo filas y espacios para penetrar en el territorio enemigo, estos representan al ejército.

La maravilla del ajedrez consiste en que la analogía de dos reinos en combate puede aplicarse a otras concepciones sociales, pues implica un análisis sobre situaciones que se dan en determinado espacios-tiempo, y que producen cierto estrés en momentos críticos en el que las decisiones resolutivas podrán conducir a resultados insospechados.

Para iniciar la partida, que siempre comienza con una pieza de color blanco ejecutando un primer movimiento, se cuenta con 10 posibilidades, a lo que el color negro responderá con el mismo número de opciones. En el segundo movimiento, existen, dependiendo del primero, unas 30 alternativas. El número de posiciones diferentes posibles después de sólo 10 movimientos, después de empezar, es de 165 cuatrillones y medio. Es decir, 165.518.829.100.544.000.000.000.000.[2]

Y en efecto, el ajedrez es como la vida. Al despertar cada mañana planeamos la ruta al trabajo, que podría estar obstruida por la manifestación de vendedores ambulantes desterrados de la ciudad, o un simple charco de agua podría desviarnos hacia el callejón donde un león blanco ha sido ejecutado por un policía ciego.

 

Hay más posibilidades de que el león sea el único inocente ahí, pero es solamente un montón de posibilidades, posiciones relativas que dependen de la serendipia. También, ese mismo charco de agua, o la marcha de seres humanos en busca de otra revolución, pudiera desviar al obrero hacia el trayecto más aburrido de su vida. Pero quién sabe, a lo mejor ese callejón vacío y sin color pudiera ser la tierra fértil para que una gran novela surja de su mente y las yemas de sus dedos; o bien convertirse en un asesino en serie, ¿cómo sabríamos, pues?, Dependerá de muchos factores más.

Entonces, hemos visto el sinfín de posibilidades que representa un día en la existencia del ser humano promedio. Miles de posiciones en el tablero de la cotidianidad. Imaginemos que nuestro ser humano promedio se llama Pepe y tiene una madre hippie casada con un hombre, hermético y gruñón, diez años mayor que ella. En la casa de Pepe también viven sus dos tías divorciadas, de lado de su madre; los novios de sus dos hermanas, adictos al gimnasio, se la pasan todo el día en la misma frente al televisor, cosa que reprocha la abuela desde su cuarto de descanso a su hermano Joaquín, ciego por una explosión de mortero en la guerra afgana (él era un turista).

Una de las hermanas de Pepe tiene cuatro hijos, todos hombres, dos de ellos gemelos, a quienes visitan sus otros cuatro primos, hijos del matrimonio de un hermano mayor de Pepe, fruto de otra unión previa de su padre. En otras palabras, una familia de 16 personas, con miles de posibilidades que se convierten en posiciones cambiantes a lo largo de los 86,400 segundos que dura un día. Un tablero de ajedrez viviente, con todos los dramas de la existencia humana.

La familia de Pepe no sabe que los gemelos se convertirán en compositores famosos del género transmodern shit que será inventado por un cocinero frustrado en un viaje por Sudamérica después de haber consumido un ron especiado de Santa Lucía que le hará alucinar. Uno de los gemelos dejará la música cinco años después, para buscar la paz en un templo Sufi. Los novios de las hermanas de Pepe se enlistarán como voluntarios para el viaje intergaláctico que en 2030 será ofrecido por los tripulantes marcianos, quienes después de extraviarse en la galaxia, fueron auxiliados con combustible de amables terráqueos que tuvieron a bien identificarse como los «huaichicoleros».

Por eso, el primer viaje intergaláctico del ser humano se llamó el Viaje Huaichicol, en el futuro de nuestra historia. Todo eso sucederá si Pepe aún se encuentra con Andrea, a quien conocerá cuando ella decida cambiarse de acera a causa de una paloma muerta yaciendo sobre el suelo. El futuro de los gemelos, el transmodern shit, y del resto de la familia de Pepe, entonces, está determinado por el incierto vuelo de una paloma sin nombre.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

 

Me gusta pensar en el ajedrez como en la representación de la gran paradoja, el todo y la nada conviviendo en completa armonía, pasando de las más severas batallas al sosiego total de un tablero vacío o sus piezas durmientes, alineadas.

Creo, también, que las piezas viven y piensan, y tienen alma. Escucho el relinchar de los caballos y el estruendo de las torres abatidas con el advenimiento de la derrota y la victoria. La sangre del rey cubrirá las manos del jugador que piensa que no es otro jugador dentro del tablero de alguien más. Hay más malicia de lo que pensamos.

Recuerdo un cuento de terror que me platicó el músico poblano Leonardo del Ángel. Un cuento oscuro sobre la infancia terrible, por su macabra inocencia; así termina el cuento de Leonardo, con un estrangulamiento del enemigo, descubriéndose como el verdugo proveniente de la cama de alguien más.

SEGUNDA PARTE DEL POEMA “AJEDREZ” DE JORGE LUIS BORGES

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero 
(la sentencia es de Omar) de otro tablero 

de negras noches y de blancos días.

Ajedrez de Jorge Luis Borges, ilustrado por Norah Borges.

 

¿Qué es todo esto, entonces? Millones de autores me precedieron, millones de autores me sucederán en la difícil tarea de pensar en el ajedrez, y después hablar sobre éste. Una invitación al juego, tal vez. Una apología por la trampa tendida, a lo mejor. Una sentencia de eternidad.

Juegue, querido lector, juegue al despertar, juegue antes de dormir, juegue en la oficina, juegue en el tocador, juegue mientras hace el amor con sus infinitas posiciones. Jugar el ajedrez lo es todo. Jugar al ajedrez es vivir la vida. Jugar ajedrez es jugar a ser uno mismo.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. 
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza 

de polvo y tiempo y sueño y agonía?

Referencias

[1] Tomado de: https://www.ivoox.com/no-es-dia-cualquiera-cuantos-jugadores-audios-mp3_rf_1445840_1.html

[2] https://www.xatakaciencia.com/matematicas/las-cifras-mas-alucinantes-del-ajedrez