¿Eres de los que evitan hacer amigos en el trabajo, club deportivo o en la colonia? ¡Te estás perdiendo de relaciones interpersonales muy valiosas!
El año 2000 fue de gran relevancia para el estudio del bienestar psicológico como emociones favorables y felicidad, pues anteriormente la psicología científica se venía enfocando principalmente en los aspectos disfuncionales de comportamiento humano.
Aunque esto representaba ayudar a las personas a superar dificultades psicológicas cada vez ha aumentado más el interés por estudiar los fenómenos psicológicos funcionales, es decir, aquellos aspectos que favorecen el estado de bienestar de las personas como una mejor resistencia a situaciones adversas, mayor desarrollo de su potencial personal y capacidad de disfrutar de la vida; ser felices.
De esta manera ponemos énfasis en averiguar cuáles son las variables psicológicas que ayudan a la autorrealización humana.
Bienestar y malestar psicológico, trabajo conjunto
En la actualidad contamos con una importante cantidad de estudios científicos para conocer que el bienestar psicológico no se logra simplemente al eliminar el malestar psicológico. El incremento de emociones favorables (positivas) no supone la disminución de emociones desfavorables (negativas), puesto que las emociones son, en efecto, el resultado de la evaluación que hace nuestro cerebro acerca de la relación que mantenemos con el medio.
Por un lado, las emociones negativas resultan de los aspectos desfavorables o que situaciones problemáticas nos demandan resolver, y así, garantizar nuestra supervivencia y continuidad vital. Por su parte, las emociones positivas resultan de aspectos favorables, aquello que va bien, sirviéndonos de apoyo para ir más allá en nuestro desarrollo personal.
Mientras que la ausencia de emociones negativas libera recursos personales que podemos utilizar en nuestro desarrollo, son las emociones positivas aquellas que nos orientan hacia la autorrealización, por concecuencia, el sentimiento que resulta del balance global de las emociones que nos produce nuestra vida es la felicidad, por lo que necesitamos que la suma total de las emociones positivas sea mayor que la de las negativas.
Entonces hacemos énfasis en el afecto, puesto que el amor en su sentido amplio y las relaciones interpersonales afectivas, como la amistad, están fuertemente relacionadas con los mayores niveles de bienestar subjetivo y felicidad.
La Amistad
Entre las muchas relaciones interpersonales, como las familiares, de pareja, laborales, religiosas, deportivas, etcétera, la amistad se caracteriza por (relativamente) la libertad de poder elegir a las personas con quienes deseamos establecerla, así como fijar en gran medida las reglas de la relación sin que apenas existan exigencias establecidas.
La amistad es un vínculo afectivo recíproco, que se establece libremente entre dos o más personas que no tienen una relación, en principio, de sangre (familia), ni sexual (pareja), o formal (profesional); en la que se comparten actividades, circunstancias, comunicación y comprensión mutua, afecto e interés recíproco, confianza y sinceridad, así como disponibilidad y compromiso. Es una de las mayores fuentes de bienestar psicológico y felicidad humana.
Al ser una forma relativamente libre de relación psico – social permite una amplia gama de opciones personales y en esta medida diversos tipos, distinguiéndose (de manera general) tres grandes niveles de amistad que se diferencian por la intensidad y profundidad de la relación:
- Amigos íntimos
- Buenos amigos
- Amigos casuales o circunstanciales.
Amigos íntimos: es la amistad más intensa que se logra con el paso del tiempo, se limita a una, dos o máximo 4 personas. Su conexión es fundamentalmente afectiva, existe un compromiso explícito de máximo apoyo.
Es aquella que supera los grandes cambios vitales (residencia, enfermedades, etcétera). Los amigos íntimos son fundamentales en cuanto al apoyo emocional, su mera existencia, aun cuando no se tiene contacto frecuente con ellos, establece una fuente de seguridad afectiva.
Buenos amigos: comparten tiempo libre, resulta fácil la comunicación y se suele coincidir en estilos y perspectivas de vida. Su conexión se basa principalmente en la afinidad de gustos, intereses y en compartir actividades. Este tipo de amistad demanda cierto tiempo para su mantenimiento.
El afecto de los buenos amigos favorece nuestra autoestima, puesto que una de las motivaciones fundamentales de los seres humanos es la necesidad de sentirse querido y reconocido. Los buenos amigos ocupan un lugar privilegiado para ayudarnos en las dificultades habituales de la vida.
Amigos casuales: son las personas con las que mantenemos una relación de amistad porque compartimos ciertas circunstancias específicas, como el estudio, trabajo, lugar de residencia, etcétera. Se basa en el respeto mutuo e intercambio de apoyo puntual, son los amigos de menor intensidad y profundidad pero los más numerosos; al ser relaciones relativamente superficiales y abundantes tendemos a no valorarlas adecuadamente.
Sin embargo, los amigos casuales juegan un papel fundamental en el logro de la felicidad cotidiana, puesto que solemos verlos con mayor frecuencia que a los otros, contribuyendo a que nuestro día a día resulte más agradable.
Beneficios de mantener amigos casuales:
- Promueven pequeñas interacciones de confianza que nos demandan mantener una buena actitud
- Nos ofrecen compañía en las actividades cotidianas; si no es un amigo es otro
- Nos brindan apoyo material cuando lo requerimos, cosas que descubrimos necesitar
- Las charlas informales nos permiten intercambiar información importante en diversos ámbitos, desde política, hasta el ocio y esparcimiento
- Tenemos acceso a relacionarnos con personas muy distintas, con las que probablemente sería difícil establecer una relación si no fuese por la circunstancia compartida, lo que nos permite observar distintas realidades, siendo esto una invaluable fuente de enriquecimiento personal
Y lo mejor de todo esto es que nos demanda poco esfuerzo, los amigos casuales no reprochan, no exigen, no limitan, solamente se pide que intentemos ser agradables y compartir alguna información que pudiera ser útil. Son uno de los aspectos más valiosos de la vida cotidiana, por lo que valdría la pena considerar la importancia de mantener amistades casuales saludables y el cuidado de estas, ¿no crees?
Referencias
Zaccagnini, J. (2010). Encuentros en Psicología Social. España, Universidad de Málaga: Facultad de Psicología.