La Conducta Asertiva o asertividad podrá tener como consecuencias en el entorno y la conducta de los demás diversas actitudes favorables como el frenar o desarmar a la persona que les ataque, aclarar equívocos, promover relaciones más saludables de calidad y calidez; generalmente los demás se sentirán respetados y valorados.
Es posible encontrar a personas que se asemejen al “ideal” de persona asertiva y podremos intentar, por medio de las técnicas adecuadas acercarnos lo máximo posible a este modelo, sin olvidar que será un trabajo arduo y complejo que debe ser constante.
Estilos de Conducta
La conducta se define como: el conjunto de comportamientos, pensamientos y emociones, que posee una persona en las situaciones a las que se enfrenta. De manera general podemos distinguir tres estilos de conducta: No asertiva, Agresiva y Asertiva, asimismo, cómo funcionan dichas conductas a través de tres dimensiones de la misma: comportamiento externo (observable), patrones de pensamiento y sentimientos y emociones (Castanyer, 2009).
Conducta No asertiva
Se caracteriza por la violación de los derechos propios, la persona presenta dificultades para expresar honestamente sus sentimientos, pensamientos y opiniones, permitiendo así que sus derechos sean violados por los demás. También expresa sus pensamientos y sentimientos de una manera autoderrotista, con falta de confianza o con disculpas, lo que facilita que los demás no hagan caso a sus opiniones.
El objetivo de la conducta No asertiva es evitar conflictos a toda costa. La persona No asertiva puede manifestar malestares psicosomáticos como dolor de cabeza y úlceras, ésta es una forma de manifestar la tensión que sufre por no externar su opinión ni sus preferencias (Lega, Caballo & Ellis, 1997).
La persona No asertiva presenta pérdida de autoestima, en ocasiones pérdida del respeto y aprecio de las demás personas, puede generar sentimientos de culpa o superioridad en los demás, quienes pueden tener la constante sensación de estar en deuda con la persona No asertiva o con la capacidad de aprovecharse de esa persona. Pueden presentar repentinos estallidos de agresividad, los cuales suelen ser incontrolados, ya que son el resultado de una acumulación de tensiones y hostilidad y no son manifestados hábilmente (Castanyer, 2009).
Conducta Agresiva
La persona que presenta una Conducta Agresiva defiende en exceso sus derechos e intereses personales, la expresión de sus pensamientos, sentimientos y opiniones es inapropiada, frecuentemente deshonesta, violando los derechos de las otras personas.
El objetivo de la conducta Agresiva es vencer y dominar, forzando a la otra persona a perder, asegurando la victoria por medio de la humillación y la degradación buscando que las personas se vuelvan débiles y menos capaces de defender sus derechos y expresar sus necesidades (Lega, Caballo & Ellis, 1997).
Las personas con Conducta Agresiva, sufren una serie de consecuencias por su forma de comportamiento, generalmente rechazo o huida por parte de los demás, generando círculos viciosos, por forzar a los demás a ser cada vez más hostiles y así aumentar cada vez más su agresividad.
No todas las personas agresivas lo son realmente en su interior, la Conducta Agresiva y desafiante es muchas veces una defensa por sentirse excesivamente vulnerables ante los “ataques” de los demás, o bien, es una falta de habilidad para afrontar situaciones que producen tensión; otras veces responde a un patrón de pensamiento rígido o a convicciones radicales.
Es muy común también el estilo pasivo-agresivo: la persona callada y No asertiva en su comportamiento externo, pero con grandes dosis de resentimiento en sus pensamientos y creencias. Al no dominar una forma Asertiva o Agresiva para expresar estos pensamientos, las personas pasivo-agresivas utilizan métodos sutiles e indirectos como las ironías, sarcasmos, indirectas, etc., es decir, intentan que la otra persona se sienta mal, sin haber sido ellos, aparentemente, los culpables, lo que se debe claramente a una falta de habilidad para afrontar las situaciones de otra forma, de forma adecuada (Castanyer, 2009).
Conducta Asertiva
La Conducta Asertiva se caracteriza por la expresión directa de los propios sentimientos, necesidades, derechos legítimos u opiniones sin amenazar o castigar a los demás y sin violar los derechos de esas personas. El objetivo de la asertividad es la comunicación clara, directa y no ofensiva de las propias necesidades y opiniones, el respeto y la intervención clara, así como propiciar el camino para el compromiso cuando los derechos y necesidades de las personas se enfrenten (Lega, Caballo & Ellis, 1997).
Las personas Asertivas cuando discuten, se orientan más hacia las soluciones en las que todas las personas afectadas ganan y ninguna pierde, soluciones ganar-ganar, es decir hacia las soluciones que buscan la satisfacción de todas las personas implicadas en la situación o problema, hacia un resultado sin perdedores ni ganadores. Sin embargo, la Conducta Asertiva en una situación, no siempre tiene como resultado la ausencia de conflicto entre las partes (Fabrai, 2009).
La asertividad debe considerarse dentro de un marco cultural determinado, puesto que los patrones de comunicación varían ampliamente entre culturas e incluso dentro de una misma cultura, asimismo dependerá de diversos factores como la edad, el sexo, la clase social, la educación, entre otros. La conducta de la persona estará también determinada por sus actitudes, valores, creencias, cogniciones, así como también su estilo propio y único de interacción, lo importante, es tener el deseo por mejorar nuestra interacción con los demás.
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Referencias
Castanyer, O. (2009). La asertividad: expresión de una sana autoestima. Bilbao, España: Desclee de Brouwer.
Fabrai, M. (2009). Asertividad: para muchas mujeres y algunos hombres. Barcelona, España: Octaedro.
Lega, L., Caballo, V. & Ellis, A. (1997). Teoría y práctica de la terapia racional emotivo-conductual. España: Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.