El virtual Presidente de México para el periodo 2018-2014 ha puesto manos a la obra, ayer se reunió el Presidente Enrique Peña Nieto y hoy con el Consejo Coordinador Empresarial, poco a poco se van disipando una a una las dudas alrededor de las políticas económicas y sociales que quiere implementar.
Han pasado 3 días desde que se reconociera la victoria de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 1° de julio, la victoria de la coalición “Juntos Haremos Historia” con casi 53% de las preferencias electorales (con más de 24 millones de votos) y con una diferencia superior al 30% sobre el segundo lugar, confirman que la democracia mexicana, por imperfecta que siga siendo, funciona.
El mandato es claro, los partidos tradicionales -PRI, PAN, PRD- no tuvieron el respaldo de los ciudadanos, es por eso que en el Congreso, la coalición liderada por López Obrador tendrá una mayoría simple en las dos Cámaras y con esto, el nuevo gobierno tendrá un mayor margen de acción que el que tuvieron sus tres antecesores inmediatos.
Después de que el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, saliera a dar los resultados del conteo rápido de esta institución el domingo pasado, López Obrador se dirigió al centro de la Ciudad de México a celebrar. El político tabasqueño dio dos discursos, el primero en el Hotel Hilton y en el segundo en el Zócalo capitalino. En los dos mostró su oficio como político experimentado, hablando a dos diferentes auditorios, en los dos provocó satisfacción y tranquilidad.
En los 5 meses que faltan para que tome las riendas del país, ha prometido ponerse a trabajar para que la transición de poderes sea lo más tranquila y eficiente posible. Por el momento, algunos indicadores económicos de coyuntura, como serían el tipo de cambio del peso mexicano con respecto al dólar estadunidense (MXN/USD) o el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores han mostrado comportamientos estables, por lo que no se prevén corridas financieras, como algunos analistas habían anticipado.
López Obrador tiene una gran oportunidad de empezar a cambiar algunas de las cosas que han ido muy mal en México, el inicio no será fácil, hay muchos usos y costumbres que están enquistados en la política y la sociedad mexicana, estructuras que tendrán que romperse y una transición que sacará del gobierno a muchos funcionarios para que otros tomen sus puestos, con todo lo que ello implica.
Sin embargo, a pesar de los temores que siempre generan los aires de cambio, ha llegado el momento de darle a este nuevo gobierno el beneficio de la duda.