En los últimos meses hemos visto en cartelera algunas películas biográficas como «Bohemian Rhapsody» y «Rocketman», que retratan la vida de Freddie Mercury y de Elton John respectivamente. Este fin de semana se estrenó en la Ciudad de México “Dolor y Gloria”, la cinta del cineasta español Pedro Almodóvar, donde el director intenta contarnos su propia historia a través de una especie de autobiografía.
Las diferencias entre “Bohemian Rhapsody”, “Rocketman” y “Dolor y Gloria”, son abismales. Mientras que “Bohemian Rhapsody” explota la simpatía de Freddie y la familiaridad épica de las canciones de Queen para crear un drama popular, “Rocketman” hace lo propio de una forma más íntima, fantástica y elocuente. Sin embargo “Dolor y Gloria” es un acto de contrición que refleja el origen católico español del autor y todo el aprendizaje vivido a través de las lecciones de su vida. El suelo común de estos tres filmes es el recurso del flashback, que se utiliza en momentos concretos para llevarnos de ida y vuelta entre la infancia y la adultez de los artistas.
Tradicionalmente el cine de Almodóvar se ha caracterizado por el drama, por tener como protagonista a la mujer, siendo el hombre el motivo de sus problemas. En “Dolor y Gloria” la narrativa cambia porque se coloca al ser humano al centro, se desnuda en toda su expresión y complejidad. Si bien el autor cambió todos los nombres de los personajes, es evidente que se trata de Almodóvar.
La cinta es interpretada por Asier Flores y Antonio Banderas, el primero en la infancia y el segundo en su etapa adulta, dan vida a Salvador Mallo, un director de cine que ha llegado al clímax de su carrera. Antonio Banderas nos otorga una actuación por demás impregnada de la narrativa de Almodóvar en sus momentos de gloria y decadencia.
Jacinta (Penélope Cruz y Julieta Serrano) son la figura materna del cineasta de quién heredó la pasión por escribir. Otros personajes primarios son el Albañil (César Vicente) y Federico (Leonardo Sbaraglia) quienes despiertan el amor y el deseo de Salvador. Todos, transitan en una ambivalencia entre el pasado y el presente.
Almodóvar retrata el pueblo donde vivió su infancia: Paterna. Una localidad de la Comunidad Valenciana de España, un pueblo donde se aprecian espacios formado por cuevas-vivienda que pueden resultar un poco extrañas para quienes no vivimos allá, pero que son habitados comunmente por la gente de escasos recursos de aquella comunidad. La vida del director transcurre en un vaivén durante los años de la cúspide de su carrera entre España, Argentina y México -con música de fondo de Chavela Vargas-.
Alberto (Asier Etxeandia) es el personaje que, a pesar de sus diferencias con el director a lo largo de sus carreras profesionales, se encarga de rememorar los momentos más significativos de Almodóvar a través de un monólogo.
Alberto resucita a Salvador en un momento de desolación en el que permanece aislado de la vida pública haciendo frente a sus enfermedades crónicas y mentales que han deteriorado su vida. Es quien lo reconstruye a través de la interpretación de sus libretos y lo traslada al presente. Esta escena es la meta-realización del artista.
En el monólogo Salvador se redime, combina las artes escénicas del teatro y el cine que como en Cinema Paradiso, nos dice que la película trata de él. Miradas que se cruzan, sentimientos que afloran, palabras que ahogan, nostalgia, lágrimas de dolor y gloria.
“Dolor y Gloria” hace énfasis en su título porque es emocional, toca las fibras más profundas del ser humano al mostrar la humildad del cineasta, las adicciones que despreció en su juventud y que revivió como éxtasis que lo conectó con su pasado. Seguramente con el movimiento contracultural “movida madrileña”, se identificó por la ruptura de valores, tendencias y formas sociales opuestas a las establecidas.
Coincidencia, casualidad o moda, las autobiografías dejan una huella que trasciende en el tiempo, forman parte de la historia y de la memoria colectiva.
Imágenes:
Europa Press, recuperado el 8/07/2019 de
Página 12 Radar, recuperado el 8/07/2019 de https://www.pagina12.com.ar/197519-dolor-y-gloria
Claudia Pérez Flores es Maestra en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Es docente en la Universidad Westhill y le gusta el cine, la pasta, la música y escribir.
