La campaña presidencial de Donald Trump analizada desde dos reportajes.

Monday, January 27, 2025

La contienda por la presidencia de Estados Unidos de 2016 fue, para muchos, la más empantanada de la historia de ese país. Muy probablemente el republicano, Donald J. Trump, tenga que ver con eso, pero también los medios de comunicación, que durante los últimos meses antes de los comicios electorales mostraron una pequeña muestra de la vida del millonario convertido en político.

Si bien el discurso con el que Trump inició su campaña demostró que la carrera por la Casa Blanca iba a ser un camino enlodado, dos periódicos, famosos entre otras cosas por su fuerte tradición investigativa, mostraron que también terminaría por ser un pasaje rico para el periodismo.

 

Una pista en el buzón

A principios de octubre, a casi un mes del día de las elecciones, la reportera de The New York Times, Susanne Craig, quien cubre política y gobierno, narró cómo el 23 de septiembre encontró en su correo físico — ese que ya nadie usa — un sobre de manila con uno de los secretos mejor guardados de los últimos meses.

El sobre contenía la declaración fiscal de 1995 de Trump, quien se convirtió en el primer contendiente, y posteriormente presidente electo de Estados Unidos, en no hacer pública su declaración de impuestos de manera voluntaria.

Esa tradición, cumplida por los presidentes estadounidenses incluyendo al controvertido Richard Nixon, estaba siendo fracturada por Trump, quien gracias a eso se convirtió en objeto de crítica de su adversaria demócrata, Hillary Clinton (ella sí reveló su declaración fiscal y la de su esposo), y del deseo de muchos periodistas: incluso el editor del Times en algún momento dijo que no le importaría pasar un tiempo en la cárcel si eso llegara a ser necesario para publicar una historia de los impuestos ocultos de Trump.

Una pequeña parte de ese secreto, a través de una ventana a 1995, se encontraba de manera detallada en el buzón de Craig, quien no dudó en acudir a su compañero David Barstow, un famoso reportero de investigación con tres premios Pullitzer en su espalda, para iniciar con el reportaje.

El trabajo no fue nada fácil e involucró la inspección de todos los buzones del edificio del Times (pensando que encontrarían más sobres), revisar el código fiscal de 1995, consultar diversos expertos en impuestos y la búsqueda de la razón por la cual el famoso millonario — operador de hoteles, casinos y grandes inversiones en bienes raíces — reportó una pérdida fiscal superior a los 915 millones de dólares tan solo ese año.

La historia cobró mayor interés luego de que expertos fiscalistas, consultados por los reporteros, dijeron que una pérdida de esa magnitud durante ese año podría haber permitido que el magnate convertido en candidato presidencial no pagara impuestos por más de 15 años.

Así, verificar la autenticidad de ese sobre, que tenía como dirección del remitente la mismísima Trump Tower, era la misión principal de los periodistas del Times. Con ese objetivo en mente, Barstow sostuvo una reunión en Miami, Florida, con el ya retirado contador responsable de esa declaración, quien al final confirmó la veracidad del documento.

La nota ya estaba lista: Trump no solo no pagó impuestos en 1995, sino que, con la pérdida de ese año, quizá consiguió hacer lo mismo otros años más. Craig, por su parte, sigue revisando su buzón todos los días, esperando la nueva pista que la llevará a una gran noticia.

Si bien Craig no narra la forma en la que pudieron conseguir esa entrevista, una semana después de que encontró el sobre en su buzón los reporteros estaban preparados para publicar la nota, que mostró un fragmento de la vida de Trump que no era conocida por muchos, y que generaba más preguntas: Si eso sucedió tan solo en 1995, ¿qué otras sorpresas fiscales nos guarda la larga vida del empresario?

 

El controvertido video

El segundo reportaje fue publicado por esos mismos días, cuando el escándalo de la declaración fiscal dominaba la opinión pública, y Trump amenazaba con demandar al periódico con sede en la capital del mundo, a escasas semanas de las elecciones.

Ahora era el turno de The Washington Post, ese diario famoso desde que en la década de los ‘70 contribuyó a la renuncia de Nixon con el cubrimiento del escándalo del Watergate. En esta ocasión un video amenazaría a otro republicano.

Trump aparecía hablando despectivamente de muchas mujeres y con un lenguaje de alto contenido sexual, sin darse cuenta que alguien estaba grabando su singular voz y posteriormente su cara.

El Post publicó el material en su página de internet un viernes a las 4 de la tarde y, por su contenido, resultó en un escándalo de proporciones similares, o quizá mayores, a las de la declaración fiscal del ’95.

El video muestra la conversación entre Trump y Billy Bush — familiar de los expresidentes — 10 años después de la famosa declaración de impuestos. El lenguaje de la conversación y el tono desataron la indignación de muchos, quienes consideraron que Trump estaba ofendiendo y denigrando a las mujeres.

El reportero del Post, David Fahrenthold, había recibido una llamada ese viernes a las 11 de la mañana.

La persona del otro lado del teléfono muy probablemente sabía que Fahrentholt llevaba meses siguiendo los pasos de Trump en todos los sentidos (en particular sus negocios y obras de “caridad” del millonario) por lo que le preguntó si estaba interesado en un video comprometedor, que había sido grabado en 2005, y nunca había salido al aire. El reportero no lo pensó dos veces.

En este caso, aunque no había mucha labor de reportaje por hacer, el periodista tenía una carrera contra otros medios que querían alzarse con la primicia. De hecho, la misma cadena de televisión NBC, que tenía el video en sus archivos ya que correspondía al programa Access Hollywood de aquel 2005, ya tenía preparado sacarlo al aire.

Fahrenthold subió el video a la página de internet del Post y de inmediato se convirtió en el lugar más visitado del portal. Incluso, durante la tarde de ese viernes hubo un momento en que más de 100 mil personas visitaron la nota al mismo tiempo y afectaron los servidores del periódico.

Dos historias en dos periódicos diferentes con pocos días de diferencia pusieron, durante el resto de la campaña, contra la pared a Trump, quien pasó las semanas restantes justificando lo injustificable y amenazando con demandas hasta el día de las elecciones. El final de la historia ya todos lo conocemos.

Nota:

Esta entrada buscará ofrecer periódicamente un artículo describiendo el detrás de cámaras de varias historias periodísticas. En esta ocasión, si bien las dos notas no fueron reportajes de investigación, que son historias de largo aliento que tardan meses en construirse, sí ofrecen una muestra de cómo uno o varios reporteros trabajan para hacer una nota que puede tomar pocas horas, un día o, como en el caso de la declaración de impuestos, una semana.

En las próximas ocasiones vendrán reportajes más extensos que requieren meses o incluso años antes de ser publicados y que tienen consecuencias que muchas veces terminan por ser otra historia en sí misma.