Ella - léase cuando el corazón esté calientito... quiza hoy | LandingMX


Habíamos llegado al bar. Todas las mesas estaban ocupadas. Ella se encontraba al fondo del lado izquierdo.

Mientras ella reía, yo me preguntaba qué demonios hacía sentada entre dos hombres que, seguramente, se había encontrado esa noche. La conocí en prepa. Era de esas almas caritativas, esas que al verlas deslumbra su inocencia.

Reaccióné y de inmediato busqué una mesa. La mano de uno en su entrepierna; el brazo del otro rodeando sus hombros. Ninguna mesa vacía. Antes de irme intenté que sus ojos se toparan con los míos. Ella reía. Recordé el sonido de su voz mientras me alejaba.

Quizá fue el mismo día. Quizá el tiempo no importa.

Quizá debí quedarme…

Una de mis amigas llegó corriendo al jardín donde me encontraba. Me fumaba dudas y dos que tres mentadas de madre que vendrían después. Algo me dijo. Algo me dolió.

Después de unas horas… los hombres con los que estaba ella… saliendo del bar. Las palabras de quién-fuera-que-hablaba cobraban sentido. Quizá la emborracharon. Quizá la drogaron. Quizá la violaron. Quizá…


Tragué saliva al llegar a otro jardín con un montón de tierra al centro. Serían las tres o cuatro de la mañana. Me acerqué lentamente.

Un hombre removía la tierra de su rostro. Alcancé a ver las pequeñas venas de sus parpados cerrados. Sus labios sellados de un morado pálido. Recordé el sonido de su voz mientras apartaba la mirada. Quizá…

Desperté con una culpa ficticia bajo la almohada.

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