Ahora que tenemos en curso la aplicación de la Reforma Educativa, hay un aspecto que resulta central para la educación de los niños y jóvenes mexicanos; la incorporación de las habilidades socioemocionales a la currícula escolar. Es esta una oportunidad inigualable tanto para restablecer valores cívicos como para establecer ciudadanía a partir de nuevos valores acordes a una sociedad democrática, plural y multicultural, lo que he llamado Reforma Socioemocional.
Cuando se plantea esto a los maestros tradicionales irremediablemente responden que «No hay tiempo». Una y otra vez, los maestros dicen que es por eso que no pueden enseñar habilidades sociales y emocionales a sus estudiantes, y no es de extrañar, pues en el fondo algunos de ellos no tienen la menor idea de cómo hacerlo.
No obstante, mientras que una lección de aprendizaje socioemocional de 30 minutos podría ser imposible de encajar en una semana, deslizar algunos conceptos socioemocionales en el contenido del plan de estudios ya existente, no es tan difícil. Siempre me pregunté cómo es que los jesuitas transmiten tan efectivamente sus valores a sus estudiantes, pues bien, es así como lo hacen. Lo supe muchos años después cuando me tocó ser profesor en una de sus universidades.
Gran parte de los planes de estudios de las escuelas ya tienen el potencial de ofrecer lecciones sobre cuestiones sociales, emocionales o morales si los maestros hacen estas conexiones, las cuales a su vez ayudarán mucho en la didáctica de sus clases, pues les permitirá crear una narrativa que capture la atención de sus estudiantes.
¿Cómo integrar el Lenguaje socio-Emocional (LSE) en el contenido curricular?
Las escuelas que quieren enseñar habilidades socioemocionales, pero que se encuentran limitadas por el tiempo en el aula pueden, en cambio, tener un inventario social, emocional y moral de lo que los estudiantes están aprendiendo actualmente. Por ejemplo, muchos temas, libros, personas y conceptos en los planes de estudios ya implican:
Dilemas éticos están implícitos en temas propios de la Ecología, Historia o el Derecho. Por ejemplo, como señaló un maestro de matemáticas, las fracciones subyacen en la práctica de las comunidades que dividen los recursos. Cuando los estudiantes aprenden acerca de las fracciones de una pizza, también podrían preguntar: ¿Cómo podría dividirse la pizza con base en quién era el más hambriento?, una impresionante introducción a la idea de equidad y sus consecuencias en la distribución de la riqueza.
Además, el simple hecho de trabajar en una lección particular podría plantear desafíos sociales, emocionales o morales para los estudiantes que fomenten en ellos el juicio crítico, la libertad de pensamiento, así como el respeto a la autoridad y la tolerancia a la diversidad. Al diseñar una lección, los maestros también pueden hacer preguntas como:
- ¿La lección involucra conversaciones desafiantes que podrían surgir en un choque de valores?
- ¿Se requiere que los estudiantes trabajen con autonomía, en pareja o en grupo?
- ¿La asignación demanda que los estudiantes presten atención a sus emociones, mantengan atención plena y/o muestren perseverancia?
- ¿Necesitan exhibir autoconfianza, por ejemplo, durante una presentación oral, fijar metas a largo plazo, o tomar decisiones éticas?
- Al integrar el LSE en el contenido curricular, los maestros no solamente están dando a los estudiantes oportunidades para practicar sus habilidades socioemocionales, sino también mostrándoles cómo éstas son integrales en nuestra vida cotidiana y relevantes para su vida como ciudadanos.
Al reconocer que estas preguntas pueden causar controversia, los nuevos modelos educativos deben incorporar un momento de reflexión consciente en las lecciones, junto con las habilidades socioemocionales como lo es la escucha activa, la tolerancia y la toma de perspectiva.
Ver a la Reforma Educativa como una oportunidad histórica de rediseño socioemocional y cívico a gran escala, como no hemos visto quizá desde el movimiento cultural posrevolucionario, nos permitirá que los estudiantes comiencen a examinar su educación, sus decisiones, sus intereses y sus relaciones a través de este lente, ayudándoles a cultivar un enfoque más reflexivo y más exigente que les permita…Vivir con Sentido.