En medio de la euforia por festejar un gol, en la web resaltan imágenes que para la FIFA están prohibidas, pero que para los futbolistas resultan ser su fiel representación de fe. Aquellas tardes donde se veía a Kaká levantarse la playera para mostrar la leyenda: “I belong to Jesus”, parecen haber quedado atrás, no obstante las muestras de adoración a un ser supremo continúan siendo cotidianas en el fútbol.
El balón corre en la cancha sin dividir a los jugadores de fútbol por ser partidarios de diferentes religiones. Con los católicos, cristianos y musulmanes, la fe es un modo de vida que nada tiene que ver con colores de banderas y uniformes.
Muchos son los ejemplos de los jugadores que alzan plegarias antes de ingresar al campo, encomiendan su trabajo a su Dios y piden que ninguna lesión los alcance. A pesar de que la FIFA señala, en sus estatutos, que se prohibe todo tipo de mensajes religiosos, pues podrían ofender los sentimientos de algunos espectadores, a muchos futbolistas nada les impide mostrar su apego a una religión.
En México, uno de los más grandes fieles al catolicismo es Javier Chicharito Hernández, quien desde pequeño ha manifestado abiertamente su fe inculcada por su familia. Cuando jugaba en Guadalajara, mostró que antes de cada encuentro era indispensable hincarse en la cancha, mirar al cielo y rezar. Así lo ha hecho en cada equipo que ha militado y su devoción ha dado la vuelta al mundo.
Pero no todo es libertad y respeto para estas muestras de fe. En alguna ocasión, cuando Chicharito militaba en el Manchester United, recibió la instrucción del técnico Alex Ferguson para evitar su ritual, pues el equipo enfrentaría al Rangers, en la Liga de Campeones de la UEFA. El cuadro escocés es conocido por ser una gran representación de la religión protestante.
La fe va más allá de cualquier límite. En Sevilla, crearon hace más de tres décadas al Señor del Buen Amor, que ahora es conocido como el Cristo de los futbolistas. Fue trasladado a Argentina, país donde el fútbol es vivido con devoción, casi con aires de divinidad.
Cada Viernes Santo se realiza un Viacrucis con el santo del fútbol. Un gran número de hinchas se aglomera para hacer reverencia al guía de sus más profundos deseos. En varias ocasiones se ha visto al Papa Francisco rezarle a este santo, al cual quizá le pide una ayudadita para su equipo, el San Lorenzo de Almagro, del cual es hincha y socio desde hace varias décadas.
El hecho, es que existen muchas religiones pero ninguna ha tenido el poder de dividir la devoción que el balompié posee. Quizá cada jugador dedique su partido a un diferente dios, pero es un hecho que todos comulgan con la misma pasión, llamada fútbol.
