Hace muy poco, una noche entre semana, recibimos el anuncio en cadena de una inminente interrupción de transmisiones en el sistema de radio pública de México. La información corrió como pólvora y las reacciones no se hicieron esperar, sin importar si se simpatizaba o no con los contenidos de las distintas emisoras del IMER, usuarios de redes sociales manifestaron su descontento ante el posible cierre de medios que por derecho y en el papel más importante del país, nos pertenecen.
La solidaridad tuvo frutos y se presionó lo suficiente como para, en menos de 24 horas, tener un panorama mucho menos catastrófico del que se preveía. Sin embargo, el incidente sigue haciendo eco, no sólo por lo terrible que sería un panorama sin medios públicos, sino por la necesidad de renovación de los contenidos y transparencia en las gestiones al interior del sistema radiofónico.
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Si bien los medios de comunicación, sean públicos o no, han operado bajo la batuta de grupos de poder y los típicos amigos de alguien importante, varios de ellos han sido guiados por intereses puramente comerciales o de control cultural. Ante el nepotismo y la falta de contenidos críticos, no sobra preguntarse si ese movimiento en el que se puso entre paréntesis por un momento el curso de las cosas, era necesario para replantear el panorama.
¿Qué rumbo tomará esto? No tenemos certezas y como desde hace mucho tiempo, esperar que las piezas se acomoden para dar voz a quienes no han tenido acceso a espacios de radiodifusión, puede tomar tanto que quizá sea mejor buscar en otro lugar.
Resulta sintomático que cada vez haya más medios independientes proponiendo sin apoyo económico alguno, otras ofertas de contenidos y satisfaciendo las necesidades de audiencias que llevaban ya un rato desencatadas con programas reciclados en loop y contenidos complacientes.
Entre los proyectos que surgieron con la intención de abrir un espacio motivados por la insuficiencia de la programación en AM y FM, NoFM se ha mantenido firme, apostando por el trabajo colectivo y el fortalecimiento de la comunidad. Con una programación literalmente para todos los gustos y curiosidades, esta estación de radio ha recorrido casi siete años de kilometraje en Internet, sobreviviendo gracias a un verdadero sentido de comunidad.
Año con año, gracias a una fiesta de recaudación en la que los locutores y colaboradores se suman a las labores de producción, la estación continúa celebrando la libertad de expresión, la resistencia, los medios libres. La pista de baile es un espacio de encuentro para quienes hacen posible que este tipo de medios existan.
Sin miedo a desentonar, este proyecto que cada día suma a más personas a su red de colaboradores, se ha mantenido a flote cuestionando lo necesarios que son los medios construidos por y para la comunidad; NoFM se ha vuelto semillero de otros proyectos y vínculos que nutren la vida cultural y musical de la Ciudad de México.
El próximo 13 de julio a las 8pm realizarán su ya tradicional festejo solidario, en esta ocasión, en mancuerna con el Centro Vasco Euskal Etxea, un lugar que engloba la memoria, la resistencia y la comunidad. La música corr miembroserá a cargo de activos del grupo de locutores que ofrecerán sets para celebrar su espacio, su radio y a su gente.
La cuota de recuperación es de $100, que ayudará a que NoFM siga transmitiendo con Todo Menos Miedo.
Fiesta solidaria de recaudación de fondos de NoFM
Sábado 13 de julio, 20 h
Centro Vasco Euskal Etxea | Aristóteles 239, Polanco, Miguel Hidalgo, CDMX
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Me dedico a la difusión cultural y estrategia digital. Soy locutora y productora en Postales, programa dedicado a la exploración sonora de la memoria y la falsa memoria que se transmite por NoFM y Funes, espacio que indaga en la memoria material a través del sonido en Radio Tsonami. Habita otros ritmos en Descompás.
