De la ilusión a la realidad - A un año del triunfo de AMLO

Opinión

De la ilusión a la realidad – A un año del triunfo de AMLO

>Mauricio Elías Mauricio Elías
julio 01, 2019

Hoy se cumple un año de la victoria de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018. El entonces candidato de la coalición Juntos Haremos Historia ganaba con un margen de más de 30 por ciento y más de 30 millones de votos, cifras que representaban una victoria aplastante sobre sus contrincantes y una nueva realidad para el país.

A partir de ese día, no ha habido un personaje en la vida política del país más importante que López Obrador y eso también fue el resultado de la desaparición de su predecesor, Enrique Peña Nieto, del debilitamiento del PAN y de la casi desaparición del PRI y el PRD. De un día para otro, del 1 al 2 de julio, nos encontramos que quien gobernaba no era Enrique sino, Andrés Manuel.

Resultado de imagen para amlo toma de posesion

 

Y a partir de ese 2 de julio, Andrés Manuel empezó a tomar decisiones y delinear lo que sería el gobierno que entraría en funciones hasta 5 meses después. La agenda pública fue inundada por López Obrador, decisiones como la cancelación del NAICM después de hacer una consulta ciudadana sin la rigurosidad necesaria entre otras muchas decisiones que tomó sin tener aún el poder, nos hablaron del estilo de gobernar que tendría al momento de tomar posesión.

Este nuevo estilo de gobernar rompía con el status quo establecido por las anteriores administraciones y generaba incertidumbre en las esferas empresariales y económicas. Esto generó un efecto negativo en términos económicos que, aunado a las decisiones proteccionistas del presidente de Estados Unidos, complicarían el desempeño de la economía mexicana en los últimos meses de la administración pasada y los primeros 7 meses de la administración del gobernante de “izquierda”.

realidad

Para muchos ciudadanos, la victoria de López Obrador representaba la última oportunidad que tenía México, después de la situación desastrosa en la que dejó el país el “nuevo PRI” y los demás partidos gobernantes, pero esta idea no era fortuita, por mucho tiempo, López Obrador recorrió todo el país denunciando los errores de los gobernantes y prometiendo, que en caso de llegar a la presidencia, todo eso cambiaría y que la corrupción, la causa de todos los males del país, según él, desaparecería cuando él llegara a la presidencia.

Nada más alejado de la realidad, en los primeros 7 meses de gobierno de la nueva administración, se ha visto que para gobernar no solo se necesita voluntad, se necesitan funcionarios preparados y, muchos de ellos, han sido despedidos por lo que se ha llamado la “Austeridad Republicana”. Esta austeridad muchas veces mal entendida, ha generado diversos problemas en la determinación y ejecución del presupuesto federal. Ante estos problemas y errores, el gobierno “ha sabido rectificar” más por presión de la prensa y la sociedad civil, que por darse cuenta de que las cosas no están bien.

Esta manera de gobernar genera incomodidad entre grupos influyentes de la sociedad, que no tienen claro el hilo conductor del gobierno y para saber qué acciones tomará el gobierno federal, hay que estar al tanto todos los días las “mañaneras”.

Las “mañaneras” son una suerte de parlamento abierto, en donde cualquier personaje acreditado como periodista puede entrar y hacer preguntas al presidente, como tal, funcionan como un espacio en donde el gobierno “rinde” cuentas al pueblo. Este mecanismo ha sido bien visto por la sociedad y ha ayudado a que el gobierno cambie de opinión sobre ciertas decisiones.

Han pasado 365 días desde que supiéramos que Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales y desde ese momento, la vida política del país ha cambiado, aún no sabemos si todo esto traerá el cambio deseado.