La incineración de basura no es la solución al tratamiento de residuos

Esencial, Medio Ambiente

La incineración de basura no es la solución al tratamiento de residuos

>Alain Castruita Alain Castruita
julio 30, 2019

Publicado originalmente en la Revista NEB

El Frente de Comunidades en Contra de la Incineración (FCCI) se dio cita a las puertas de Palacio Nacional el pasado 13 de marzo para refrendar su postura de rechazo total a la incineración de residuos en la República Mexicana.  Más de veinte comunidades de cinco estados están representadas por el FCCI.

El proyecto de reforma a la LGPGIR

El pasado siete de marzo, se votó en la cámara de Senadores un proyecto de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR).

Con 105 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones; esta modificación abre la puerta para que municipios recurran a la incineración de residuos como una forma de gestión.

incineración

¿Por qué NO a la incineración?

El FCCI externa su preocupación de que no se haya hecho una consulta previa con expertos para evaluar los riesgos que conlleva la incineración de residuos.

La operación de instalaciones incineradoras, plantas cementeras y de termovalorización, representa un alto riesgo. Los efectos negativos hacia la salud de las comunidades aledañas han quedado registradas y evidenciadas por dar un ejemplo en la región de sacrificio de Atotonilco-Apaxco: donde las comunidades aledañas pagan el precio del deterioro del entorno y la calidad de vida; mientras el gran capital exporta los beneficios económicos.

De acuerdo a la Dra. Brisa Violeta Carrasco, profesora investigadora de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México, “la incineración responde a las políticas neoliberales que siguen permeando en este nuevo gobierno, el cual no está respondiendo a las necesidades de las comunidades, que no solo incumple con los acuerdos y convenios internacionales que ha firmado México, como son el Convenio de Estocolmo y el Acuerdo de París, entre otros, sino que además obvia los múltiples estudios científicos a nivel mundial que demuestran los impactos en la salud ambiental y humana de la incineración de residuos”.

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La Dra. Brisa Violeta Carrasco compartió con los asistentes frente a Palacio Nacional la lucha contra la incineración que han mantenido distintas comunidades. Hizo énfasis en los logros que se han alcanzado al detener la incineración en Huichapan en la planta de CEMEX y en otras plantas de Hidalgo y refrenda el compromiso ante los acontecimients presentes.

“Ahora el gobierno quiere dar luz verde para que esta práctica se lleve a cabo. No vamos a dar un paso atrás en esta lucha que tenemos y estamos aquí para denunciarlo. Nuestra lucha ha logrado parar el proyecto de Valorsum en Tizayuca Hidalgo. Hemos logrado detener el proyecto de Veolia en la Ciudad de México. Y no vamos a dejar pasar esta ley.”

Las comunidades y su lucha

A través de la lucha y la resistencia pacífica han logrado detener proyectos de termovalorización como Valorsum en Tizayuca, Hidalgo; y Veolia en la Ciudad de México.

De acuerdo al FCCI “es imperativo que las leyes a aprobar sean revisadas a conciencia y que los legisladores abandonen el esquema en el que vienen trabajando, en el cual se votan las decisiones por bancada sin análisis previo”.

Para el doctor Refugio Choreño Gómez oponerse a la incineración representa una lucha. Él participa tanto en el FCCI como desde la Fundación para el Desarrollo Integral Apaxtle A.C.

“Hay una lucha social en contra de la incineración. En México la lucha se inició en los años 90s, donde se incineraban residuos en plantas de cemento. La incineración de residuos definitivamente no debe aceptarse, ya que implica un alto daño al medio ambiente y a la salud de los que vivimos cerca de plantas cementeras.”

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Sobre los impactos negativos al entorno agrega: “El daño a la salud es tan importante que en esas regiones cada día vemos más problemas de cáncer. Hay manifestaciones agudas, crónicas y de ellas las principales son diferentes tipos de cáncer. Esto no debe dejarse pasar, porque perjudica a todas las comunidades donde hay plantas de cemento, en donde hoy se tienen proyectos de termovalorización como es en la Ciudad de México, Veolia, planta que afortunadamente está detenida.”

La industria del cemento desde hace ya casi veinte años está incinerando residuos para hacer cemento. Antes de los 90’s el cemento se hacía con gas y combustóleo, a partir de los años 90, empezaron a quemar llantas y una infinidad de residuos que causan daño a la salud.

“Nosotros estamos en contra de ello. No tienen idea que los que vivimos cerca, nos estamos enfermando todos los días. Es una región de sacrificio. Dicho nombre fue acuñado por un investigador argentino Raúl Montenegro, lo invitamos a la población de Apaxco, Atotonilco de Tula Hidalgo en donde hay siete plantas de cemento en esa región. -Si nosotros con una planta tenemos grandes problemas, imagínense ustedes con siete plantas de cemento- dijo Montenegro. El riesgo para el medio ambiente y nuestra salud es fatal y tremendo.”

El Doctor Choreño comenta que todas las autoridades están a favor de esas plantas de termovalorización, desde el nivel municipal, estatal y federal. Con el nuevo gobierno esto pudo cambiar, pero los primeros días de febrero se lanzó la iniciativa a la reforma a la ley de manejo de residuos y hoy están autorizando la incineración. Ya pasó a la cámara de senadores y por unanimidad votaron a favor.

“Nosotros vivimos cerca de la cementera y de la planta que labora el combustible derivado de residuos. A diario hay manifestaciones en nuestra salud de tipo agudo. Hoy sabemos que de tipo crónico tendremos infinidad de cánceres. Hoy en México, de las 36 plantas de cemento que hay la mayoría está incinerando residuos solidos urbanos y biomasa.  Esta es una lucha en contra de que nos enfermen, en contra de que dañen nuestra salud y que no podamos respirar tranquilamente un aire limpio“ concluye.

El corredor de Atitalaquia, Apasco y Atotonilco de Tula

El Lic. Roberto Escamilla Leyva, de la asociación Amando la Naturaleza explicó que en el corredor Atitalaquia, Apasco y Atotonilco de Tula hay siete empresas cementeras, todas ellas incineran y generan desperdicios al ambiente. Mismos que no se van, sino caen al agua, la tierra y lo que nos comemos, a los sembradíos. Envenenan lentamente a la gente lentamente.

Desde Hidalgo luchan frontalmente en contra de CEMEX y Fortaleza, que se dedican a incinerar llantas y coque los cuales arrojan a la atmósfera grandes cantidades sustancias cancerígenas, dioxinas, furanos, metales pesados. Se pronuncia en contra de lo que esta reforma a la Ley de Residuos va a permitir.

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No podemos permitir que se incinere en territorio mexicano. Eso estaría envenenando a la gente. Las partículas persistentes no se eliminan del cuerpo y se van acumulando, creando cáncer, insuficiencia renal, fallo hepático. Tenemos que frenarlas. CEMEX también se dedica a calcinar residuos de porcelana que provoca silicosis. No podemos permitir que se continúe la práctica una actividad que en Europa está prohibida. No podemos permitir que se atente contra la salud de las y los mexicanos. No incineración en México. “

Economía Circular

Jorge Tadeo Vargas, quien esCoordinador de campañas del Laboratorio en Investigación y Desarrollo Comunitario (LIDECS) y miembro de la Alianza Global por Alternativas a la Incineración, GAIA, explica que hay que apostar por verdaderos planes de Basura Cero. Dejar claro al gobierno federal y los municipios que la incineración no es la solución.

Acerca de incorporar la incineración dentro del concepto de Economía Circular como eje de la Gestión Integral de Residuos Sólidos menciona: “Se dice que se basan en la Unión Europea y el tema de Economía Circular. Dentro del concepto de Economía Circular de la Unión Europea sí está un apartado de la incineración; porque ellos tienen cuarenta años incinerando. Quitarlo de golpe no se puede, tiene que ser gradual. Es absurdo que nosotros empecemos a incinerar para que en cuarenta años pensemos en empezar a disminuir de manera gradual.”

“No podemos calcar el tema europeo porque nosotros no tenemos incineradoras. Tenemos que empezar a avanzar desde la lógica de que nunca hemos incinerado basura para producir energía, tenemos que empezar ya con planes de Basura Cero porque incinerar es absurdo cuando nunca lo hemos hecho para pensar en luego dejar de hacerlo.”

Explica que una instalación de termovalorización requiere de más de treinta años para lograr un balance financiero; es decir, que empiece a generar ingresos para la empresa concesionaria. Por lo tanto, los municipios deben endeudarse al menos por dicho periodo de tiempo:

“No permite ni fomenta la reducción y disminución de la basura porque los incineradores como negocio necesitan basura. Mientras más basura les llegue ellos ganan más dinero. Tenemos que empezar a hacer una fuerte campaña que le quede claro al gobierno federal e incluso a los municipios, que incinerar no es Basura Cero para empezar, y que incinerar no es la solución sino todo lo contrario. Perjudica muchísimo más. “

Construyendo alternativas

El FCCI y sus miembros saben que estar en contra de la incineración requiere proponer soluciones para el manejo de la basura.

Sobre las iniciativas gestadas a nivel local comenta el Doctor Choreño: «En México se están implantando programas de Basura Cero, donde haya una participación de todos los actores de la comunidad para separar los residuos y no vayan a ser incinerados en plantas de cemento, o plantas termovalorizadoras como la que construyeron en la CDMX Veolia, o Valorsum en Tizayuca.  Nosotros luchamos porque se implante un programa de Basura Cero. Estamos separando nuestros residuos desde hace más de 10 años.»

Constantemente realizan en Apaxco talleres y charlas en escuelas, y con industriales locales donde explican el riesgo de incinerar para nuestra salud y el medio ambiente.

A diferencia de socializar los impactos negativos derivados de la operación de una incineradora con la falsa idea de que es capaz de resolver de un plumazo los dolores de cabeza de los municipios; incluir a la comunidad en la gestión local refuerza los principios de prevención de la generación de residuos, propicia mecanismos de creación de valor a los materiales haciendo posible la reincorporación de los mismos como materias primas, echar a andar modelos de logística inversa y retorno de envases, innovación en materiales y empaques.

Lo anterior como un sano ejercicio de discusión, consulta e interacción entre academia, ciencia, y comunidad. Sobre todo comunidad, que se defiende así de las imposiciones que nada entienden sobre los individuos que sufren a diario la degradacón de su entorno próximo.

 

 

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