La ecuación Uber. ¿Realmente esta generando un cambio positivo o es solo una empresa más?

Uber es hoy en día una de las empresas más famosas del mundo. Odiada por muchos y amada por otros tantos. Uber vale más de $60 mil millones de dólares, según los reportes de la misma compañía, y esto la coloca como una de las start ups de más rápido crecimiento en la historia desde su fundación en el 2009 en San Francisco, California.

Cuando Uber llegó a México, y a la vida de muchos en el 2013, venía con una promesa como argumento de introducción: Volverte un empresario con una inversión accesible y convertirte en tu propio jefe de la noche a la mañana. Lo cual la convertía de inmediato en una fuente de esperanza y expectativa para muchas personas considerando que la tasa de desempleo de la Ciudad de México en ese año era del 5.29%.[i]

Desde ese entonces hasta el día de hoy, la base de usuarios de Uber ha llegado aproximadamente al sorprendente número de un millón 200 mil[ii] en la Ciudad de México, lo que representa un 13% de la población, y los choferes inscritos ascienden a más de 40,000, lo que significaría que cada chofer tendría 30 clientes potenciales al día. [iii]

Hasta ahí todo parece perfectamente normal e incluso ideal, una empresa extranjera genera trabajos y al mismo tiempo trae consigo beneficios tangibles a la población de grandes ciudades como la nuestra en materia de transportación y servicios.

Pero, ¿cuál es la realidad detrás de los números y la teoría? ¿Uber ha logrado generar el cambio y el beneficio que aseguran?

Las respuestas a esas preguntas son de naturaleza dual. Por un lado la necesidad de generar ingresos de manera independiente por falta de un empleo formal y estable de buena parte de la población, y por otro lado la tendencia moderna de resolver problemas cotidianos por medio de las nuevas tecnologías, como lo es la calidad del transporte público en la Ciudad de México.

Uber, como la raíz alemana de su nombre lo indica, [iv]se ha colocado por encima de los servicios tradicionales de transportación en la mente de todos sus usuarios, no es que la gente haya dejado de subirse al metro o de tomar taxi, pero para todos los que tienen una cuenta de Uber y pueden costear el servicio, ésta se ha vuelto una herramienta eficaz para moverse de un lado a otro desde la comodidad de su Smartphone, característica principal que le da el valor agregado al servicio, ya que sumerge al usuario de forma inmediata en este mundo de aplicaciones y estilo de vida moderno al que todos damos por hecho que debemos pertenecer.

Gracias a esto, la simbiosis perfecta que Uber buscaba crear se ha establecido en México tan eficiente y profundamente, no por algo nuestro país representa el tercer mercado más importante para la transnacional a nivel mundial. Tiene la oferta y tiene la demanda. Sin embargo, como lo preguntábamos, más allá de los números, para poder terminar de darle forma a las respuestas anteriores debemos agregarle a la ecuación que Uber ha planteado dos variables.

La primera es la variable de la región en la que Uber desarrolla su modelo de negocio, porque esta, materializada en la forma en la que la sociedad interactúa con ese modelo, cambia según cada región. En México, a pesar de que siempre se ha dicho que los mexicanos somos trabajadores, estamos acostumbrados a la remuneración inmediata, a la obtención de resultados y recompensas a corto plazo. Nos es difícil pensar en metas a largo plazo, por algo la tasa de emprendedores ya establecidos en México es de tan solo el 6.9% según el reporte anual del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en su edición del 2015/2016, por citar un ejemplo.[v]

La segunda es Uber en sí mismo. Uber se ha enfrentado a muchas controversias a lo largo de su relativamente corta historia.[vi] Más de 500 ciudades activadas en la aplicación, repartidas en un poco más de 59 países[vii] lo han obligado a adaptarse a muchas leyes y mercados. Ha perdido batallas enormes como la de su salida de China después de haber dado la pelea de su vida, ha perdido guerras locales en tribunales de Brasil, Francia, España y Alemania. Ha enfrentado problemáticas severas por choferes que han acosado y violado a usuarias. Recientemente se enfrenta a un escándalo de discriminación y acoso sexual en sus propias instalaciones, que ha dado pie a una investigación profunda para encontrar casos comprobables de una cultura laboral discriminatoria hacía las mujeres.[viii] Y para coronar, su CEO Travis Kalanick, ha sido confrontado por el público, los medios y otras empresas por pertenecer al equipo de asesores de Donald Trump.

Uber CEO Travis Kalanick attends the summer World Economic Forum in Tianjin, China, June 26, 2016. REUTERS/Shu Zhang

Esto nos habla mucho de quien es Uber, de lo que representa dentro de las empresas de economía colaborativa en el mundo y específicamente en México. En un reciente video que la consultora Bloomberg publicó, se puede apreciar al CEO de Uber discutir con un chofer de Uber de nombre Fawzi por la baja de precios para los servicios de Uber, argumentando que por culpa de esa baja de precios el chofer esta en bancarrota, a lo que Travis contesta que tuvieron que bajar los precios para poder ser competitivos.[ix]

Una nota de “El Universal” publicada en línea el 8/03/2016 cita al director de Uber México en la zona del Bajío, Francisco Sordo, donde se le preguntaba acerca del margen de ganancia o rentabilidad que estaba dejando Uber con sus actividades en el país, a lo que respondió “Estamos dispuestos a invertir porque sabemos que en el largo plazo vamos a generar una dinámica que sea rentable para nosotros y para los socios conductores, eso requiere de mucha inversión y trabajo”.

Con estas palabras podemos entender de qué va Uber. Y es ahí donde según los estándares mexicanos, a los socios y a los choferes les ha costado mucho trabajo entender (de ahí las ya varias manifestaciones de inconformidad de los mismos choferes para demandar que Uber no ponga en riesgo su patrimonio) que el plan de Uber en el mundo es muy a largo plazo y su prioridad en estos momentos, son ellos y claro, sus inversionistas. Por algo han logrado mantenerse en crecimiento a pesar de reportar pérdidas de casi $800 millones de dólares en el tercer trimestre del 2016[x] y obtener una inversión del Public Investment Fund, de Arabia Saudita por $3,500 millones de dólares en Junio del año pasado para su expansión global.[xi] Es un negocio que busca crear un impacto en la forma de transportarse, de interactuar, de generar oportunidades, de desarrollar nuevas tecnologías, de entender los datos que genera, de meterse en todas partes, como su negocio de entrega de comida y paquetes lo demuestra. Crear toda una nueva cultura de consumo alrededor de la tecnología y las aplicaciones de teléfonos inteligentes, lo cual para muchas empresas hoy en día significa, o te subes al tren o te mueres.

No hay más. Al conjuntar estos cuatro factores, debemos tener ya nuestras repuestas. Uber ha logrado cambiar la forma en la que muchos en la Ciudad nos movemos, y hemos cruzado el punto de no retorno, ya no regresaremos nunca a depender solo de los taxis, el metro o los micros, y con eso los socios y choferes detrás de los viajes han logrado llevar dinero a sus casas. Podemos cuestionar las horas que tienen que pasar al volante y los casos de incongruencia en los que la misma compañía ha caído al darle prioridad a la cantidad que a la calidad, pero algo es irrefutable, Uber ha generado un cambio, sin embargo, aún no cumple del todo lo prometido. El ingreso promedio de los choferes es de unos $6,000 a $7,500 al mes y las ganancias para los socios se encuentran dentro del mismo promedio, sin adornos y rodeos.

La mayoría no aguanta el ritmo de trabajo por la cantidad que se paga, lo cual es justo decir. Pero para los que estamos involucrados en el negocio de alguna forma, en alguna de sus aristas, debemos de tratar de ver más allá de nuestros usos y costumbres y analizar si no estamos siendo víctimas del mal que aqueja al mundo hoy en día, el cual nos trata de convencer que merecemos el éxito y las grandes ganancias tan solo con un golpe de suerte y el mínimo esfuerzo. Debemos ser críticos y analizar nuestras oportunidades y sí, pensar a largo plazo. Ver todas las caras de la moneda y reflexionar que este tipo de negocios impacta en muchos blancos y que la definición de economías colaborativas se trata de buscar el beneficio de todos los involucrados, en teoría.

Sabemos que no todo lo que brilla es oro, pero debemos de poder tocarlo y probarlo para saber que efectivamente no es oro. Concluyo con las palabras de Evgeny Morozov publicadas en el diario El País:

“La aparición de Uber como útil repositorio de datos que ningún urbanista quiere perderse se encuadra en la ideología del solucionismo que postula Silicon Valley. Las empresas tecnológicas, después de hacerse con uno de los recursos más preciosos de la actualidad –los datos–, ahora tienen capacidad para presionar a gobiernos cortos de fondos y de imaginación, presentándose como algo inevitable, como salvadores y benefactores ante los grises burócratas de las administraciones locales”. [xii]

Si Uber es bueno o malo en términos de evil companies, aún falta por ver, puede convertirse en una transnacional más que solo abusa de la necesidad de sus afiliados para sobrevivir, de los sueldos poco competitivos, del libre mercado, de la falta de una regulación efectiva y moderna, de prácticas competitivas desleales, de gobiernos corruptos, o… puede convertirse en la primera start up que teniendo el volúmen y los medios, nos demuestre un cambio real y sustentable a largo plazo, y nos permita realmente obtener una remuneración y una satisfacción como emprendedores, que solo un negocio redituable y transparente nos puede ofrecer al alcance de todos. [xiii]