La comunidad periodística a nivel global ha celebrado este tres de mayo el “Día internacional para la libertad de prensa”. Una efeméride que busca recordar los latentes desafíos al que se expone este conglomerado mediático en la búsqueda y difusión de información (misma debe estar revestida de interés para las audiencias, pero sobre todo de sobriedad y balance en la construcción de la realidad).
“Ninguna democracia está completa sin acceso a información transparente y fidedigna, que es el pilar clave para crear instituciones justas e imparciales, hacer que los lideres rindan cuentas y decirle la verdad a las autoridades”. Esta aseveración Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en el contexto de esta conmemoración no hace mas que subrayar la importante labor que desarrollamos los trabajadores de la comunicación periodística, en aras de construir contrapesos y antídotos contra “lideres” que usan sus energías y “contactos” para atentar contra “sanas” democracias y al mismo tiempo contra el estado de derecho.
El hecho de que las actividades focales de esta año tengan como tema central “Medios para la democracia: periodismo y elecciones en los tiempos de la desinformación”, coordinadas las mismas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), lleva implícita ensimismo la idea de la importancia que tenemos los periodistas en la redefinición de la realidad y en la creación de sensaciones y percepciones; pero además, en la necesidad de que la información sea gestionada por personal capacitado, que permita comunicar certidumbre en un planeta atestado de información “no verificada” (por el sensacionalismo apresurado de obtener adeptos en el rating); y “verificada”, después de un proceso de comunicación mediática que realizan ciertos medios para contrarrestar la desinformación, que como se ha observado en varias ocasiones (con la misma solo se busca generar réditos a particulares en detrimento de los “sagrados” intereses de la sociedad).
La “censura” a la que se enfrentan de partida los medios informativos, tienen como génesis la delimitación y adhesión a determinadas líneas ideológicas, en tanto las mismas están supeditadas a criterios políticos-empresariales que “desnudan” la falta de objetividad en la comunicación de historias. De manera tal que, la imbricación de medios de comunicación con una visión pluralista de los diversos aconteceres deberían tener las mejores posibilidades de “gozar” del visto bueno de las ciudadanos de nuestros países y por lo tanto, convertirse en los referentes de países latinoamericanos, en donde figuras como “vigilantes del poder”(como se nos llama), muchas veces sufre “repentinas” metamorfosis hacia la imagen de el “perro faldero”, por el acomodo y la falta de equidad en el manejo de la información periodística.
Siguiendo los criterios argumentativos de entidades como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la institucionalización de días internacionales como el comentado aquí, “buscan sensibilizar, concienciar, llamar la atención y señalar que existe un problema sin resolver”.
La visibilidad de esta fecha debe motivar la reflexión a todos los niveles de la sociedad global, en relación a que el papel de la prensa es solamente el de “informar” sobre hechos que impactan la vida ciudadana; en ese sentido, solo persigue convertirse en un instrumento hacia la corrección de las “fallas sociales”.
Posdata: El Día internacional para la libertad de prensa, fue instituida por la Asamblea General de la ONU y celebrada por vez primera en 1993 (siendo esta su vigésimo sexta “celebración”). De acuerdo a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), factores como: la creciente intolerancia al reporterismo; el populismo; la corrupción; y, el crimen afectan aun mas la integridad de los periodistas, que incluso en países con guerras abiertas.
Maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana (UIA), Ciudad de México. Profesor de Periodismo en la UNAH.
Ha sido colaborador de medios informativos en la Ciudad de México y Honduras, así como para organizaciones promotoras de los Derechos Humanos como el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas y Centro de Atención al Migrante Retornado.
Maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana (UIA), Ciudad de México. Profesor de Periodismo en la UNAH.
Ha sido colaborador de medios informativos en la Ciudad de México y Honduras, así como para organizaciones promotoras de los Derechos Humanos como el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas y Centro de Atención al Migrante Retornado.