¿Qué nos hace leer tales o cuales libros?, ¿cuáles son las vivencias, amores, rebeldías, filias y fobias que moldean nuestras lecturas?
Quizá seamos partícipes de discusión y análisis, por lo que nuestros estantes estarán repletos de ensayos, tratados filosóficos y libros de opinión. Puede ser, más bien, que seamos viscerales o emotivos, ambas latitudes signos de una sensibilidad particular, misma que podría lanzarnos al mundo de la poesía o de los tratados del amor.
Si no es así, entonces, estaríamos hablando de que nuestras lecturas caen en el terreno de la imaginación, ambos conceptos que personalmente no creo que estén separados en cuanto a lo que hace que una persona tenga predilección por el género de la narrativa, ya sea de corto o largo alcance.
Imaginación para viajar a donde nunca lo hemos hecho antes, transportarnos en el tiempo, ser voyeristas de la intimidad de vidas y situaciones que nunca han pasado, y que, no obstante, han sucedido ya tantas veces, pues todo lo escrito tiene un sustento o una base en la vida real… a veces con menos adornos y de forma no tan interesante, pero sucede.
En mi caso, puedo decir que lo que me hace escoger una lectura es, principalmente, una buena historia en la que se desarrolle un concepto cuyo origen nos enfrente con nuestra propia humanidad, que me rete a descubrir el hilo conductor y que me obligue a compartirla o recomendarla.
Por ello en este pequeño espacio me dispongo a recomendar algunas de las últimas lecturas que he tenido a bien realizar, recomendándolas precisamente desde aquello que me hace leer.
1.- La larga búsqueda del señor Lamousset (título original: “The two of diamonds”), parte de la colección “El séptimo círculo”
¿Por qué leerlo?
Empecemos por su autora, Lynn Brock, que en realidad no era “ella” si no “él”, el verdadero nombre del autor era Alister McAllister quien por alguna razón escribió varias novelas de misterio y aire detectivesco bajo diversos seudónimos. Además, la colección del séptimo círculo fue, de inicio, creada en Argentina por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, reeditando libros que ellos mantenían cercanos a sus corazones y a sus ánimos, no tanto de escritores sino de lectores.
Para despertar la curiosidad: Actualmente la idea de comodidad muchas veces le gana al concepto de responsabilidad, muchos no cumplen con sus metas en términos generales o cambian de idea, de valores y de afinidades a conveniencia.
Me temo que el término “palabra de honor” pasa su peor momento. Justo por ello es importante leer esta novela, para comprender de nuevo lo que la palabra “honor” significa realmente. No pido ni creo poder volver a ver en el mundo el grado de compromiso ante una responsabilidad tal como la que tiene Lamousset. Me encantaría que esta lectura nos devolviera nuestro sentido de la responsabilidad, México lo necesita.
2.- Soy un gato (título original: “ Wagahai wa neko de aru”)
¿Por qué leerlo?
Primero por que su autor, Natsume Sōseki, es casi el Gabriel García Márquez de Japón, tan importante que en uno de los más destacados onsen (aguas termales de origen volcánico, muy concurridas en el país), en la ciudad de Matsuyama existe un reloj tipo cucú basado en una de sus más importantes novelas, llamada botchan. Además, porque es una lectura tremendamente divertida, ácida y con una última, dura pero sincera verdad…
… punto y aparte, que los gatos son hermosos.
Para despertar la curiosidad: alguna vez se han puesto a pensar, ¿cómo nos ven nuestras mascotas?, si los animales tuvieran (y quién dice realmente que no la tienen) capacidad de raciocinio, llegarían a la conclusión de que la raza humana es impredecible, hilarante y la verdad bastante ridícula. Cuanto más lo pensaría un gato considerando el carácter de estos enigmáticos personajes.
Y por otro lado, esta novela es una crítica abierta a la sociedad que surgió de la restauración Meiji, fue escrita muchos años antes de que se pensara siquiera en la posibilidad de una guerra atroz como lo fue la segunda guerra mundial y exponía ciertas actitudes de una sociedad que a la larga terminó entregando el poder a los militares quienes llevaron a su país a ella y, por lo tanto, a uno de los peores momentos de la historia.
No solamente expone de forma chusca los vicios y peculiaridades de la nueva clase media japonesa de la época advirtiendo de forma velada lo que iba a suceder años después, también contiene, entre risas y comedia, una advertencia, amenaza que comienza (tristemente) a volverse realidad en muchas partes del mundo.
3.- Fuego negro (conjunto de narrativas cortas)
¿Por qué leerlo?
Inicio con el diseño de la edición, forma parte de la colección de narrativa breve llamada “instantánea” de la casi nueva editorial Paraíso Perdido, oriunda de Guadalajara y que está haciendo propuestas interesantes dentro de este género literario, sobre todo, al darle la oportunidad a nóveles escritores de México y narradores con kilometraje recorrido nacidos en Jalisco.
Por otra parte, el autor de estas historias, Javier Paredes, ha realizado una excelente labor como narrador, aunque de inicio no es su profesión, pues él es abogado.
Para despertar la curiosidad: Javier Paredes ha recuperado una antigua tradición dentro del género del cuento corto, la fantasía histórica perfectamente documentada con esmero en cada palabra para introducirnos en épocas ya distantes y, a la vez, con elementos fantásticos que son delicias para cualquier lector, no sin olvidar la reflexión hacia problemas propios de nuestra época o cuestiones comunes de todo ser humano. Supo cómo hacerlo de manera interesante y profunda.
Sin más, recomiendo ampliamente las lecturas mencionadas y nuevamente abro la pregunta: ¿Cuáles son los libros que leemos?