Poco se sabe sobre cómo ciertos aromas, determinados colores y sonidos nos trasladan directo y sin escalas a algún pasaje de nuestra memoria. Sin más, de pronto estamos frente a un sillón conocido, en la cocina de la abuela, en el pupitre de la escuela o en la habitación de la infancia, para ello basta con un elemento que funcione como vehículo para transportarnos entre recuerdos.
En un ejercicio de memoria, la artista chilena Javiera da Fonseca se ha propuesto recapitular los dos años de trabajo como residente en México, haciendo un cruce las imágenes que han quedado grabadas en su interior, derivadas de paseos por la colonia Santa María la Ribera de la Ciudad de México, donde se encuentra Casa Equis, el espacio que la acogió en su proceso de trabajo, así como también referentes visuales tomados de redes sociales que fungieron como evocadores de recuerdos específicos.
“En mi estancia encontré la paz necesaria para conectarme con ciertos estados de ánimo propicios para crear obras rápidas y profundas, recapitulando estos dos últimos años en México”, comparte la artista, cuyo trabajo pone a dialogar constantemente el pasado con el presente y para quien, el arte es una herramienta de conexión entre el hombre, su entorno inmediato, así como aquél que se manifiesta como una huella.
Haciendo uso de pintura, collage y una instalación de papeles reflectantes que hace una analogía entre la fugacidad de luz y entorno reflectado con lo efímera que nuestra memoria y existencia es, Javiera habitará el espacio de exhibición de una manera única, pues haciendo uso del reflejo del propio espectador es capaz de crear una especie de dimensión alterna.
Visita Memoria expandida este jueves 31 de mayo Casa Equis, ubicada en Dr. Enrique González Martínez 7, interior 4, Col. Santa María la Ribera. De 6 P.M. a 10 P.M. Entrada libre.
