A lo largo de la historia, México siempre había jugado un papel relevante en el contexto internacional. Ahí está el Premio Nobel de la Paz en 1982 con el que fue galardonado el diplomático, abogado y escritor michoacano, Alfonso García Robles, por sus negociaciones en el Tratado de Tlatelolco[1] sobre la prohibición del uso de armas nucleares en América Latina y el Caribe.
Y también, la participación fundamental que tuvo nuestro país en la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) siendo uno de los 51 miembros fundadores, discutiendo en su momento -antes de ser admitido en dicho organismo- amplias iniciativas relacionadas a las propuestas hechas en Dumbarton Oaks con los países latinoamericanos en la Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz, también conocida como Conferencia de Chapultepec de 1945.[2]
Sin embargo, con el paso del tiempo, pese a ser la 15ª economía del mundo y el 10º país más poblado [3], México ha ido perdiendo liderazgo en América Latina y un importante peso en el escenario mundial en materia diplomática y de cooperación internacional.
Y es que, desde 1960 México ha sido una nación elegible -definida por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) a través de la evolución del ingreso nacional bruto per cápita que mide globalmente el Banco Mundial- para ser acreedora al financiamiento para el desarrollo que entregan las instituciones multilaterales, así como para estar acompañada de la ayuda técnica que extienden los mismos organismos en diferentes áreas para el desarrollo.[4]
Desafortunadamente, mientras que cerca de 60 países han podido abandonar esa lista en el periodo que va de ese año al 2018, debido a las mejoras en su ingreso per cápita; México ha permanecido en ella por sus tasas de crecimiento insuficientes en el último medio siglo. Situación que además enfrenta el ascenso irrestricto de la corrupción y de la opacidad [5], sin mencionar aún que en la actualidad el nombre de México se asocia cada vez más a problemas de inseguridad y narcotráfico.
Pero a todo esto, ¿qué es la cooperación internacional?
Es la serie de interacciones para alcanzar objetivos comunes cuando las preferencias de los actores no son ni idénticas (armonía), ni irreconciliables (conflicto).[6]
¿Para qué sirve?
La cooperación internacional sirve para la solución de los problemas de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión[7].
Los desafíos para la cooperación internacional de México
La volatilidad e inmediatez del siglo XXI han generado que los retos en cualquier materia a nivel internacional se diversifiquen a una velocidad estrepitosa, y ante ese fenómeno México debe estar dispuesto a renovar su cartera de herramientas y estrategias posibles para enfrentar una realidad que demanda innovación, apertura y cooperación con el resto del mundo.
En ese sentido, la Universidad Iberoamericana -a más de 70 años de su creación y orientándose hacia una perspectiva global e intercultural indispensable para el desarrollo del hombre integral-[8] en colaboración con su Departamento de Estudios Internacionales diseñaron el diplomado “Cooperación Internacional de México: Agenda 2030”.
¿Qué es la Agenda 2030?
Es una hoja de ruta para erradicar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad para todos sin comprometer los recursos para las futuras generaciones. Consiste en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con metas específicas, que constituyen una agenda integral y multisectorial.[9]
Es por ello que ante la importancia de dicho propósito el diplomado de la Ibero busca contribuir mediante el análisis estratégico de la política e instituciones dedicadas a la cooperación internacional para el desarrollo de México, en la formación de habilidades de liderazgo para la adaptación institucional y el desarrollo de esquemas de cooperación frente a la Agenda 2030.
Por lo tanto, si tú eres un apasionado de los temas de cooperación internacional y además te desempeñas como funcionario, académico, integrante de alguna asociación civil, asesor, analista y estudioso de este tema, no te pierdas la valiosa oportunidad de evaluar, diagnosticar y diseñar -de la mano de expertos en la materia- nuevas estrategias de cooperación y contribuir realmente al desarrollo del país.
El diplomado inicia el próximo 24 de agosto y temas como la cooperación ambiental, cultural, de economía y seguridad, y la construcción de una nueva agenda de cooperación para México con proyectos y adaptación institucional, son algunos de los módulos que integran este diplomado.
¡Inscríbete ya! El cupo es limitado y los lugares se están acabando.
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