Gracias a una oportunidad que la vida y las circunstancias me dieron hace un par de semanas, tuve la oportunidad de disfrutar de una de las mejores películas animadas que he visto en toda mi vida, la aclamada cinta del director Mamoru Hosoda y que será conocida en territorio mexicano como “Mirai, mi pequeña hermana”.
Me ha agradado no sólo por su calidad en cuanto a arte se refiere y la emotiva narración de la historia, sino también por el hecho de que es una película que divierte mientras nos mueve a la reflexión, y que puede ver toda la familia sin mayores problemas, tanto niños como adultos saldrán del cine con un grato sabor de boca.
Y además de todo, las funciones que se proyectarán (a partir del 3 de mayo en diferentes salas de la cadena Cinépolis) están muy bien dobladas al español, los actores de doblaje lograron aportar aún más profundidad a la historia y la hacen más rica para el público latino (además de que no muchos sabemos hablar japonés, por lo cual quedé agradecido a la labor de los actores de doblaje en esta ocasión).
Mirai fue ganadora como mejor animación en el Festival de Sitges, los ANNIE Awards, los Japan Academy Awards y más recientemente en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Pero fuera de los premios y los oropeles, esta película nos hará recordar nuestra infancia y la infancia de nuestros seres queridos, una historia que apuesta por la empatía que un niño puede desarrollar si es bien encauzado. Nos presenta a Kun, un pequeñín de cuatro años quien vive muy feliz con sus padres mientras descubre el mundo, un lugar novedoso y mágico en todo sentido para él, sin embargo ningún mundo es perfecto y Kun tendrá que iniciar el camino de la comprensión y de la vida ante un suceso que no esperaba, ¡la llegada de una hermanita!.
Es así como este pequeñín tendrá que aprender a querer a su nueva hermanita, más no estará sólo en su camino ya que la magia y la fantasía le ayudarán a iniciar el primer paso que todos debemos (o deberíamos, si no lo hicimos nunca) tomar en el largo proceso de la vida, que es el de comprender a los otros y a nuestros seres queridos.
La película tiene momentos muy cómicos, así como algunos que nos mueven fibras sensibles, pero sobre todo, es un banquete para los ojos, sobre todo para todos aquellos que aprecien el arte de la animación.
Mirai la podrán disfrutar a partir del 3 de mayo en varias salas de la cadena Cinépolis. De verdad es una muy buena opción para ir con la gente menuda -o los niños para las nuevas generaciones que no conocen esa forma cariñosa de nombrar a los más pequeños-, una excelente forma de sensibilizarlos acerca del valor de la compresión, además de una oportunidad para los adultos que recordarán sus años de infancia, una opción más provechosa para los niños que otras que tienen mucha parafernalia, pero nada de contenido.
Yo, por mi parte, espero que la saquen en DVD o pueda descargarla de algún sitio oficial, porque realmente quiero tenerla en mi colección.
Para más información sobre la pre-venta y los cines en los que se proyectará la película, pueden consultar la app o el sitio en internet de Cinépolis.
Roberto es pintor y dibujante, tiene una identidad secreta como diseñador gráfico. Su sueño; que algún día una editorial publique un libro con sus cuentos. No le gustan las narraciones tiernas, panfletarias, sencillas, abiertamente dramáticas o simplemente rebeldes.