El 13 de septiembre se estrenó Monarca, la nueva serie mexicana en la plataforma Netflix. Después de los éxitos de Club de Cuervos y La Casa de las Flores que han exhibido de manera más bien cómica a la sociedad mexicana, Monarca muestra otra cara de México, el México corporativo de élite, sus relaciones con el poder político y la inherente corrupción.
La historia se desarrolla principalmente en tres localidades: Tequila, Jalisco; la Ciudad de México y Los Ángeles, California; muestra la vida de una familia tradicional de la élite mexicana, dueña de un emporio tequilero en Jalisco que les ha permitido diversificarse en diferentes industrias como la hotelera y la construcción. Hasta ahí la historia parece típica y más cuando el primer capítulo revela la base de la historia: la lucha de poder entre los 3 herederos del emporio.
Sin embargo, Monarca toca temas muy sensibles para el México actual como son la corrupción, las élites, el abuso del poder, el mirreynato y el narcotráfico, pero, desde otra perspectiva. Como muchas de las empresas que tienen relaciones con el gobierno, el emporio de los Carranza se ve favorecido por contratos a cambio de prebendas para financiar campañas políticas, es la manera en la que hacen negocios en las altas esferas mexicanas; ir en contra de esos usos y costumbres, supone ser castigado por el sistema.
Mientras el gran patriarca -Fausto Carranza- emprende una cruzada para limpiar a su corporación, el emporio de los Carranza se derrumba ya que trata de romper cualquier tipo de relación corrupta con el gobierno, así como por la falta de “cooperación” con el narcotráfico de la zona tequilera que no le permite distribuir su producción de tequila.
La historia da un giro interesante desde el momento en que se revela a la protagonista, la única hija mujer, Ana María -interpretada por Irene Azuela-, que, por circunstancias éticas, escapa de la influencia familiar a Los Ángeles para hacer su vida fuera de los lujos y comodidades de la familia en México; esto le permite tener una perspectiva diferente de las cosas y conservar los valores familiares; justo es eso lo que busca su padre al pedirle que vuelva para ser la presidenta del grupo Monarca, después de 25 años de haberse “autoexiliado”.
Fausto Carranza sabe que su hija Ana María es la única que puede llevar a cabo la labor titánica de limpiar al grupo Monarca y de paso a su familia, sin embargo, la designación no logra llevarse a cabo, ya que, es asesinado misteriosamente y deja la responsabilidad en manos de la madre de los tres hijos. Joaquín –Juan Manuel Bernal-, Andrés –Osvaldo Benavides– y Ana María lucharán para ser designados por su madre –Rosa María Bianchi-, es ahí en donde el papel del matriarcado -tan característico en México- se vuelve fundamental y entran en la historia temas como el machismo, la homosexualidad y la ambición.
Monarca es una buena producción que se aleja de los clichés de lo mexicano sin dejar de mostrar las bellezas del país y sus valores (la falta de ellos). Sin embargo, se centra en el mundo corporativo que se relaciona con los poderes político y del crimen organizado para lograr el “éxito”.
La producción de la serie está a cargo Lemon Studios que ya ha desarrollado series exitosas como Paramédicos -emitida por Canal Once- y películas como Después de Lucía que han sido bien recibidas por el público. Asimismo, es importante resaltar el papel de Salma Hayek como productora de la serie, su amplia experiencia en Hollywood es palpable en cada escena.
Sin duda es una buena apuesta de Netflix para estos momentos de tanta competencia entre las plataformas de contenidos audiovisuales.
Mauricio Elías es creador de LandingMX, nació en la Ciudad de México, estudió en la UNAM desde el bachillerato en donde estudió Economía, su paso por la Universidad de Essex en Inglaterra y sus múltiples estancias en otros países han definido su personalidad.
Dentro de sus principales intereses están los temas económicos, así como las actividades culturales y el ciclismo, que practica regularmente.