Han pasado más 2 meses desde que se declarara ganador a Andrés Manuel López Obrador. Desde ese 1 de julio, el presidente electo de México anunció que habría una transformación, la cuarta le llamó, de la vida pública del país. En la cual, todos los servidores públicos serían honestos y transparentes y que las viejas prácticas políticas de antaño quedarían atrás.
La 4ª. Transformación está antecedida, según el presidente electo, por la Independencia de México, la Reforma juarista y la Revolución Mexicana, y aunque su mandato aún no empieza, en el Congreso de la Unión lo que hemos podido ver, más bien, está lejos de una transformación.
En el Congreso de la Unión (Cámara de Diputados y Cámara de Senadores) se ha instalado la LXIV Legislatura. En la cámara alta y baja vemos rostros conocidos, viejos políticos que por la vía plurinominal ganaron una curul, como es el caso del octogenario, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados, que, aunque es una figura política de gran relevancia en la vida pública de México, debería estar ya jubilado y dar paso a generaciones más jóvenes de servidores públicos.
Ellos pretenden iniciar la 4ª. Transformación anunciada, pero hemos visto las mismas prácticas que en legislaturas anteriores, con tal de lograr mayorías, se crean alianzas entre partidos que tienen agendas políticas aparentemente contrarias, como en el caso de MORENA y el Partido Verde para darle licencia a Manuel Velasco, el senador-gobernador con licencia de Chiapas.
Por otro lado, el presidente electo de México ha empezado a gobernar, sin tener que hacerlo. En su afán de acortar la transición, se ha reunido con diferentes actores económicos y políticos para empezar a delinear lo que va a ser su gobierno, pero lo cierto es que aún no está gobernando y los acuerdos, por buenos que parezcan, habrán de ser ratificados una vez que esté en la silla presidencial.
Y por último, el que está gozando su retiro es el presidente Enrique Peña Nieto, que aún le quedan dos meses y medio por gobernar, pero él ya está en la gira de despedida. Con lo que cobra relevancia la modificación de la ley que acorta el periodo de transición entre presidencia y presidencia.