Nuestra basura termína en el mar, por Alain Castruita en LandingMx

El tres de febrero de 2017 en las noticias se leyó el encabezado “Hallan treinta bolsas de plástico en estómago de ballena varada”. Son estas noticias escandalosas que se repiten una tras otra como muestra del deterioro que causamos al ambiente, y ya ocupan lugar en secciones especiales en los medios de comunicación. Como espectadores y ciudadanos parecemos ser incapaces de conectar tal evento con nuestro comportamiento individual tierra adentro. “El cetáceo encalló en las costas de Noruega y murió a causa de la basura no biodegradable encontrada en su estómago”.

Nunca creímos que la basura que generamos terminaría en el mar: generalmente el humano navega en una realidad velada donde se combina la ingenuidad y la desatención: es  decir vemos a diario fragmentos de “basura” que se escapan de las manos de quien la generó y literalmente vuela por las calles y se escapa de ir en el mejor de los casos a un relleno sanitario.

¿Quién iba a pensar que tantos residuos se fueran a acumular en el océano a tal grado de generar problemas evidentes en el ecosistema marino? Siempre se nos dijo que los océanos eran un recurso “infinito”.

Son esos encabezados tan notorios los que parecieran generar la motivación suficiente para tomar medidas en conjunto en dirección hacia incorporar una correcta e integral gestión de los residuos. No hace mucho tiempo otro encabezado tomó los titulares: la isla de plástico que flota en el pacifico”: un curioso piloto de aerolínea comercial la observó desde los aires, y así emergió la alarma (una más) sobre los plásticos, residuo que toma protagonismo por ser un material popular presente en una infinidad de productos de consumo masivo, pero que es apenas la punta del iceberg.

basura en el mar

Dicho escenario aún no genera una actitud proactiva frente a tal enredo. Justamente por la persistencia del material plástico y su nula degradación hace que estos residuos prevalezcan y se acumulen. Dado que las tasas de generación de residuos en general no han disminuido, incluso presentan tendencias a la alza: hay que agregar que los componentes plásticos de ese universo también han ido en aumento: el plástico es un material preferido y favorito presente en envases embalajes, botellas, cintas de transporte, recubrimientos, enseres menores, calzado, ropa etc.

Tenemos frente a nosotros una verdadera crisis ambiental que debe ocupar un lugar protagónico a la par de grandes problemas del ambiente: ojalá llegara a la misma prioridad de otros temas como la contaminación del aire, la disponibilidad y calidad del agua, el cambio climático, la sequía y la producción agrícola y los alimentos seguros, la emisión de gases efecto invernadero, el abatimiento de la capa de ozono. Todos con su nivel de importancia y aparente urgencia por resolver o por lo menos en la agenda oficial así lo parece.

Décadas después del boom del uso de plásticos, nos damos cuenta que uno de los ecosistemas más importantes del planeta esta siendo alterado y vulnerado a causa de los residuos que nosotros directa o indirectamente lanzamos al mar. El mar produce alimentos para toda la humanidad. Se conoce de tiempo atrás la inminente transferencia de contaminantes a la cadena alimenticia por medio de la bio-acumulación de metales pesados como el mercurio.

En la actualidad y con mucha sutileza se habla de que en los tejidos de los productos del mar es posible encontrar ya partículas diminutas provenientes de plásticos en tejidos de especies que se pescan para consumo humano.

Con claros problemas para alimentar al planeta, se suman ahora nuevos desafíos: la calidad de los alimentos que se obtienen del mar. La preocupación por abordar este nuevo escenario y corregirlo debe aterrizar en todos los niveles de la sociedad, desde el factor individual, el comunitario, las autoridades, los negocios y la industria. Debemos incorporar a nuestras preocupaciones el tema de la gestión integral de los residuos sólidos urbanos. Existen señales de que algo estamos haciendo mal.

 De la mano con compromisos reales para evitar la generación de residuos a partir de acciones concretas, es vital incluir todas las cadenas productivas que apoyen y lleven a cabo la transformación de los materiales cuando estos se convirtieron en residuo; procesos como el reciclaje y la reutilización que permitan volver a introducirlos y que sustituyan materias primas vírgenes. Para ello es necesario blindar el camino y asegurarnos que no se pierdan o escapen en éste. La inclusión e impulso al diseño de empaques con un nuevo enfoque; educar para construir una sociedad informada que sea el motor de cambio para elegir un producto sobre otro y eventualmente acercarse a ese concepto ahora lejano de cero basura.

objetos recicladosSer consumidores responsables actúa como contrapeso al modelo económico reinante. Lo que hacemos tú y yo tiene repercusión en la Tierra.

La contaminación no conoce de fronteras.  En la actualidad no hay rincón en el planeta que no presente contaminantes generados por el hombre.

Y tú, ¿qué haces al respecto?

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