Después de algunas semanas de suspenso, el pasado 28 de noviembre, Alejandro Díaz de León fue presentado como nuevo gobernador del Banco de México (Banxico), en sustitución del Dr. Agustín Carstens, quien tomó posesión de la Gerencia General del Banco de Pagos Internacionales (“BIS”, por sus siglas en inglés), como lo mencionamos en la primera parte de esta entrada.
Entre 1991 y 2007, Díaz de León laboró en Banxico en distintas áreas. A principios de enero regresó al instituto central para ocupar la posición de subgobernador.
Díaz de León se graduó como economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) en 1993 y aunque no posee el mayor grado académico, como es un doctorado en economía como sus predecesores Agustín Carstens y Guillermo Ortiz Martínez, en el círculo financiero es considerado como un gran negociador con los personajes importantes del sistema financiero del país.
Banco de México y la autonomía
A partir de abril de 1994, el Banco de México es autónomo. En términos prácticos, la autonomía del Banco de México implica que ninguna autoridad pueda exigirle la concesión de crédito, con lo cual se garantiza el control ininterrumpido del instituto central sobre el monto del dinero (billetes y monedas) en circulación.[1],[2]
Perspectivas a futuro
Este nombramiento da certeza en términos de continuidad en la política monetaria en México, es decir, no veremos que el instrumento de política monetaria cambie, por lo que la tasa objetivo de fondo bancario será la variable a ser determinada como se ha venido haciendo desde el 21 de enero de 2008.[3]
Sin embargo, se espera que la inflación para finales de 2017 esté alrededor de 6%, que es dos veces el objetivo de inflación propuesto por el banco (3%), por lo que Díaz de León tendrá un 2018 complejo para tratar de cumplir con el objetivo inflacionario, considerando las negociaciones del TLCAN y la Reforma Fiscal en EU que está siendo discutida en estos momentos.
Referencias
[1] Página en Internet del Banco de México: http://www.banxico.org.mx/acerca-del-banco-de-mexico/semblanza-historica.html, consultada el 3 de diciembre de 2017.
[2] En las década de los 70 y los primeros años de la década de los 80, con la aplicación de políticas económicas excesivamente expansivas, y la obligación que se impuso al banco central de extender el crédito para financiar los déficits fiscales en que entonces se había incurrido, ocasionaron el deterioro de la estabilidad de los precios y fue causa de que ocurrieran dos severas crisis económicas en 1976 y 1982.
[3] Página en Internet del Banco de México: http://www.banxico.org.mx/politica-monetaria-e-inflacion/material-de-referencia/intermedio/politica-monetaria/instrumentacion-de-la-politica-monetaria/enero-2008—presente–objeti.html, consultada el 3 de diciembre de 2017.