La ONU ha designado el 15 de junio como el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, esta fecha representa el día del año en que el mundo entero expresa su oposición a los abusos y los sufrimientos infligidos a generaciones mayores o adultos mayores.
El maltrato de las personas mayores es un problema social mundial que afecta la salud y los Derechos Humanos de millones de personas en todo el mundo, por tal motivo, la ONU resalta la importancia de trabajar juntos para optimizar las condiciones de vida de las personas mayores a fin de que puedan brindar lo mejor de sí a nuestra sociedad.
El envejecimiento de la población mundial es un indicador de la mejora de la salud puesto que una vida larga es un signo de buena salud; entre 2015 y 2030, se espera que en todos los países aumente sustancialmente el número de ancianos, este crecimiento será especialmente rápido en las regiones en vías de desarrollo.
En la actualidad, la población mundial de 60 años o más es de 700 millones, y se calcula que para el año 2050 alcanzará los 2000 millones. A su vez, las personas de 80 años y más, representan un desafío sin precedentes en materia de salud, debido a su alta dependencia y a la poca eficiencia de los programas sociales, la falta de recursos e inestabilidad política.
La vulnerabilidad y desprotección de los mayores los hace foco de maltrato, la disminución de los sentidos por la edad, genera que a los mayores les cuesten trabajo diversas actividades como caminar, tomar objetos, recordar información, etc., asimismo las enfermedades los van haciendo más dependientes de las personas que los rodean creando malestar e incomodidad en éstas; al crecer el número de personas mayores, se espera también que aumenten los abusos de los que esta población es víctima.
¿Cómo se define el maltrato de los adultos mayores?
Como un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza; dicho maltrato puede ser físico, psíquico, emocional o sexual, así como el abuso de confianza en cuestiones económicas, o por negligencia, sea esta intencional o no.
Uno de los abusos más frecuentes es el financiero, el cual lo experimentan entre el 5 y el 10 por ciento de las personas mayores en todo el mundo, dicho abuso va desde el robo, falsificaciones, uso indebido de propiedades o poderes notariales, la negación del acceso a fondos, hasta la apropiación de bienes, expulsión de los hogares y la negación de la herencia familiar a las viudas; la pobreza en la vejez deja en desventaja a las mujeres puesto que muchas carecen de servicios de seguridad social al no haberse incorporado a la vida laboral formal, lo que las deja expuestas a enfermedades crónicas y a bajos o nulos ingresos económicos.
A pesar de ser un tema tabú, subestimado y desatendido por sociedades de todo el mundo, el maltrato a los mayores ha comenzado a ganar visibilidad al considerarse un importante problema de salud pública y de la sociedad, demandando la atención de la comunidad internacional por el impacto que éste genera en la calidad de vida de las personas; puesto que las víctimas de violencia y maltrato pueden sufrir problemas como depresión, ansiedad e incluso llegar al suicidio.
Es de suma importancia que los sectores de atención de salud primaria y servicios sociales estén preparados para detectar y resolver dicho problema, ya que de no ser así, el maltrato a los mayores seguirá siendo un asunto oculto y prácticamente privado.
En México, siete de cada diez adultos mayores viven en municipios de bajo o muy bajo desarrollo social, el 21% de éstos tienen carencias alimentarias y el 16% no tiene servicios de vivienda; el 91% de los adultos mayores considera difícil conseguir empleo y el 66% menciona que es muy difícil conseguir algún apoyo del gobierno, lo que permite observar el malestar general de esta población, (INAPAM, 2015).
El 46% de los adultos mayores no recibe ningún tipo de apoyo económico por pensión o por programas gubernamentales, más de una cuarta parte de los adultos mayores no cuentan con ningún servicio de atención médica, lo que los orilla a financiar su salud con recursos propios, provocando asimismo mayor dependencia de la familia (CONEVAL, 2014), incrementando así su vulnerabilidad al maltrato, como resultado de su desprotección y la carencia económica de la familia.
México enfrenta un gran reto para hacer frente a las demandas de la vejez, pues ésta, se encuentra saturada de desafíos económicos y de salud que generan situaciones de vulnerabilidad al aumentar los problemas sociales, políticos, familiares e intergeneracionales, dónde resalta la falta de apoyo, la ineficiencia de los programas sociales, el desempleo y la falta de seguridad social.
A estas condiciones sociales se suman diversas condiciones personales propias de la vejez como son la disminución de la capacidad física, habilidades y conocimientos generándose así un proceso de suma de carencias y desventajas, lo que repercute a su vez en la disminución de la interacción del individuo y la sociedad excluyéndolo de la misma, lo que provoca en el adulto mayor una sensación de sufrimiento ante una sociedad que busca la eficiencia, la belleza, la fuerza y la rapidez.
Un desafío importante para la sociedad en general y para quienes trabajan con esta población, es propiciar el empoderamiento en los mayores, el cual les dé el control sobre sus vidas y la prolongación de su independencia física y social, que favorezca la prevención de situaciones de violencia, la creación y fortalecimiento de redes sociales de apoyo para las personas que envejecen, evitando el aislamiento y el maltrato. Es crucial fortalecer a la familia, apoyar e impulsar el cuidado de sus miembros más vulnerables fomentando la estructura social que las familias tienen con nuevos estímulos educativos y económicos que permitan empoderar al adulto mayor contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y de sus familias.
Referencias
Organización Mundial de la Salud, OMS.
Vázquez, F. (2018). Batey, Revista Cubana de Antropología Social, Vol. 11
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Psic. Anabel Fuentes Calderón
Consultorio: Calle San Lorenzo 153, Col. Tlacoquemecatl del Valle, C.P. 03200, CDMX.
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Anabel realizó estudios de Licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM y Universidad Pública De Navarra, España; cuenta con formación en Terapia Racional Emotiva en la Facultad de Psicología de la UNAM y como Psicoterapeuta Cognitivo Conductual en la División de Educación Continua de la misma Institución.
Terapeuta de adolescentes y adultos, en formato individual y grupal. Es cofundadora del grupo de profesionales en Psicología “Crecer Psicología”. Asimismo, ha colaborado en la planeación y ejecución de cursos y talleres con diversas temáticas como: manejo y control de ansiedad, relaciones de pareja saludables, control de ira, autoestima y control de emociones, asertividad y habilidades sociales, etc.
Ha participado como consultor de Recursos Humanos para la iniciativa pública y privada, en programas de capacitación de personal, calidad de vida, desarrollo profesional y humano, etc. asimismo ha desempeñado diversos cargos en dicha área.