“A Girl Walks Home Alone at Night” es una película indie de la cineasta americana-iraní Ana Lily Amirpour que tuve oportunidad de ver en la Cineteca de Nuevo León en 2015. A manera de resumen la película nos presenta a una vampira iraní, justiciera, solitaria y amante de la música pop que deambula en patineta todas las noches por una ciudad desolada en busca de su siguiente víctima, hasta que, en una noche de cacería un chico inadaptado pasa de ser su presa a convertirse en el inicio de un romance y la posibilidad de una nueva vida.
Juntos desarrollan un vínculo especial, el cual sellan una noche en una escena memorable, electrizante y que quita el aliento; y que como música de fondo tiene una canción que de inmediato reconozco, que es acertada para la situación, que me pone la piel de gallina y que me deja saliendo de la sala emocionada, como si hubiera sido yo la que vivió ese momento.
“I love the quiet of the nighttime
When the sun is drowned in the deathly sea
I can feel my heart beating as I speed from The sense of time catching up with me”
Los intérpretes y culpables de hacerme sentir de esta manera son la banda londinense White Lies con la canción «Death».
Esta forma parte del álbum debut de la banda To Lose My Life (2009), un álbum caracterizado por un sonido oscuro, de vestigios ochenteros y letras que invitan a la depresión y que sin embargo resultan lo suficientemente pegajosas para colocarse en el gusto del público, conseguir colarse en las listas de éxitos y armar una base de seguidores alrededor del mundo. Habiendo obtenido un éxito mediano, la banda presenta dos álbumes más en el trascurso de los años siguientes: Ritual (2011) y Big TV (2013) los cuales, si bien no animaron a la crítica, mantuvieron contentos a los fans por conservar ese sonido Synth rock.
El último material de la banda Friends (2016) logra destacarse sobre sus antecesores; producido por ellos mismos, logran integrar a su sonido característico melodías coloridas con un toque pop.
Canciones como «Take It Out On Me» y «Morning in LA» ejemplifican el espíritu del álbum.
Y es gracias a este material que la banda decide salir de tour y visitar nuevamente México.
La primera vez que escuché a White Lies, no pude dejar de pensar en su parecido a Joy Division, como asumo lo pensaron también muchas otras personas, también incluso pensé en Tears for Fears, creo que la voz de Harry McVeigh es muy parecida a la de Roland Orzabal. Por esos tiempos estaba escuchando mucho a Interpol y a Editors y otras bandas que formaban parte de esa oleada del post punk revival; supongo que tales exposiciones a ese sonido hicieron que mi interés por White Lies surgiera.
La cita fue el domingo 19 en la ciudad de Monterrey, N.L. hace mucho calor y es la primera vez que asisto al Auditorio Rio 70, que antes era un cine, el lugar es muy pequeño y de inmediato me hace dudar en la calidad del sonido, pero me anima un poco la idea de que serán menos personas y eso le dará al concierto un toque más intimó. No me equivoco con este pensamiento.
Llegue a ocupar mi lugar al final del set de Wolfy músico local (ahí me entero después que antes tocaba con Jumbo), junto con su banda están interpretando algunos covers para calentar al público. The Passenger suena por todo el auditorio y es bien recibido.
Pasadas las 19:30 las luces se apagan y entre una densa capa de humo artificial comienzan a salir al escenario Harry, Charles y Jack, un muy animado Harry saludo a todos para dar inicio al show con «Take It Out On Me» del nuevo álbum, la reacción es inmediata la gente se para de sus asientos y comienza a saltar y bailar, esta actitud será la que prevalecerá toda la noche por parte de los asistentes. Entre sonidos de guitarras y sintetizadores, el set consiste en una apropiada selección de canciones predominando los álbumes Friends, Big TV y To Lose My Life, siendo las canciones de éste las más coreadas. «The Price of Love» se vuelve una grata sorpresa para los fans de hueso colorado. La banda se despide con «Death» para dar cierre a su primera parte del show y se retira del escenario solo para regresar unos minutos después al ritmo de los aplausos e interpretar tres canciones más.
«Bigger Than Us», es el tema elegido para cerrar un show que me deja con una sensación muy agradable.
White Lies no cambiará el rumbo de la escena musical, pero tiene como mérito ser de esas bandas que destacan en vivo, siempre es grato presenciar a músicos que de verdad disfrutan su oficio y que al igual que los fans interpretan con arrojo y emotividad sus propias composiciones. Al final del show la banda prometió regresar y cuando eso pase, ahí estaré.