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Vida y Bienestar

Cómo una prueba de VIH me puso a prueba a mí – Los primeros signos

>Saúl Arroyo Saúl Arroyo
agosto 06, 2019

Recuerdo que todo empezó con una molestia en mi boca justo en la encía específicamente en la parte trasera de una muela, parecía una molestia pequeña pero que a la vez no dejaba que incluso pudiera comer o deglutir todo aquello que probaba. Al cabo de unos cuantos días fue creciendo un poco más (no le tomaba la importancia necesaria para darme cuenta de que algo estaba pasando en mí), después empecé a tener tos persistente que no cedía y que me había llevado al médico en más de una ocasión para tratar de mitigar la(s) molestia(s) que hasta ese momento seguían presentes.

En esas visitas al médico, recuerdo que me habían sugerido hacerme la prueba de VIH para descartar que ello pudiera ser lo que ocasionaba mi malestar. Pasaron casi dos meses y noté que había surgido una infección estomacal que iba y venía, nuevamente no estaba prestándole atención, pues me encontraba ocupado en terminar mis prácticas profesionales y ello hacía que mi propio cuerpo se resistiera a ceder de una vez por todas a ese bombardeo de cosas que me estaban sucediendo.

Sin embargo, una vez más la infección estomacal se encontraba presente y noté que mi aspecto físico y un tanto anímico estaban mermados. Mi padre constantemente me preguntaba si me encontraba bien a lo que respondía asintiendo. No sé si era una forma de darme calma a mí mismo o una evasiva manera de tranquilizar una situación que con el paso del tiempo se acrecentaba más y más. Las constantes idas al baño, mi aspecto demacrado, mi piel progresivamente opaca se acentuaron al grado de lo inevitable, para entonces el tema estomacal se acompañaba de tos, una muy fuerte e imparable, causa de largas noches de insomnio.

El médico notó el confuso cuadro de inmediato: “Tienes una fuerte infección estomacal que se agrava y también una tos que indica que tu cuerpo está tratando de luchar contra algo que prefiero descartar mediante un par de estudios”. Por mi cabeza pasaron miles de cosas pero nada me hacía sospechar que todo ello en conjunto, confirmaría que todo eso que me afectaba era VIH.

Las primeras manifestaciones del VIH

Esos primeros momentos, a los que vuelvo una y otra vez cada vez que voy a revisión, fueron determinantes para mí, para entender qué habita mi cuerpo y cómo articularlo, pues hablarlo ha sido una vía de auto exploración y de acercamiento a un asunto que sigue sin reconocerse como un problema de salud pública, alrededor del cual sigue habiendo un halo de desconocimiento y por ende, un montón de prejuicios. He decidido compartir mi experiencia y mi proceso de asimilación e investigación para quebrar ese silencio nocivo y darle rostro a algo que hasta ahora parece solo un dato estadístico, a una cifra que se acumula entre gráficas y tablas.

Probablemente, al principio, una persona con VIH no tendrá ningún síntoma visible y por ello, creerá que su estado anímico se debe a depresión, a un mal de amores o incluso al clima o a los astros. Algunos signos del VIH se parecen mucho a enfermedades diversas por lo que a veces toma tiempo llegar al laboratorio y solicitar esa aterradora prueba de VIH.

Tan solo algunas semanas después de contraer el virus, muchas personas tienen síntomas similares a los de una gripe, que pueden desaparecer después de un tiempo. Estos síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, cansancio y ganglios inflamados en el cuello y/o las ingles. Otras personas infectadas por el VIH pueden no presentar síntomas. Además, los síntomas son variables en las distintas etapas, algunos se manifiestan de forma mucho más agresiva en hombres que en mujeres y viceversa.

Sin embargo, incluso si una persona con el VIH se siente sana, el virus igual está afectando su organismo. Una vez que el VIH ingresa al organismo, infecta a grandes cantidades de células CD4 (células que ayudan a proteger al cuerpo de infeccones) rápidamente se disemina por todo el cuerpo y llega a muchos sistemas de órganos. Durante este período inicial, las personas con VIH tienen más probabilidades de transmitir el virus por vía sexual sin protección u otras situaciones de riesgo (vía perinatal, jeringas que fueron utilizadas por personas infectadas, transfusiones sanguíneas o transplantes de órganos) , ya que el VIH se encuentra presente en grandes cantidades en los fluidos genitales y en la sangre.

La infección por VIH se asocia a muchos problemas de salud, incluidas enfermedades frecuentes o inusuales, cardíacas, renales, hepáticas y cáncer. Si no se atiende, algunas personas con VIH presentan síntomas graves al principio, mientras que otras pueden no tener síntomas durante 10 años o más.

Una de las últimas etapas de la infección por el VIH es el SIDA, cuando el sistema inmunitario de una persona está sumamente debilitado y tiene dificultad para combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer, presenta síntomas graves que pueden incluir la rápida pérdida de peso; infecciones de alto riesgo; neumonía; inflamación prolongada de las glándulas linfáticas; máculas en la piel; diarrea prolongada; lesiones en la boca, el ano o los genitales; y pérdida de memoria, depresión y otros trastornos neurológicos.

Lo que sigue

Una vez con los estudios médicos en mano y habiendo decidido que mi familia cercana estuviera conmigo, acudimos nuevamente con la doctora para una interpretación de ellos, fue ahí cuando oí de primera mano de la doctora: “Efectivamente, tu prueba de infección por VIH es positiva y hay que empezar de inmediato a buscar ayuda específica para tratarlo.” Entre sus recomendaciones, mismas que después leí a la luz de los prejuicios con los que también batalla la medicina al respecto, era necesario acudir a un hospital o centro de salud (no precisó cuál) y separar mis objetos personales de los del resto de mi familia.

VIH

Luego de días de búsqueda, encontramos una clínica especializada, la Clínica Condesa, donde personas con diagnóstico por VIH eran tratadas y fue donde se pudo confirmar dicho diagnóstico a través de la prueba de Western Blot (prueba para detectar la presencia de antígenos al VIH). Recibí apoyo de consejería y poco a poco mis miedos, dudas, temores y demás situaciones iban siendo aclaradas; tuve atención médica a través de antibióticos para evitar que cualquier infección oportunista ingresara a mi cuerpo, al cabo de unas semanas ya contaba con un esquema específico de antirretrovirales que marcaban un parteaguas para que el virus no se siguiera multiplicando en mi cuerpo y ello conllevara a que mi salud en todos los sentidos siguiera agravándose.

Quiero recalcar que ante todo mi familia fue aquella primer medicina que recibí y me ayudó a poder sortear todo aquello que desconocía sobre cómo me iba a sentir por primera vez tomando el tratamiento y frenar al virus dentro dentro de mí, a ellos es quien sigo agradeciendo todo lo que hicieron en ese momento. No obstante, sigue existiendo una gran ignorancia y sobre todo tabúes alrededor del VIH-SIDA (VIH: es el virus de la inmunodeficiencia humana, SIDA: conjunto de infecciones oportunistas que el cuerpo no es capaz de contener resultado de la infección por VIH en la sangre, órganos y tejidos de la persona) y a quienes los padecen, es por eso que quiero compartir mi experiencia para poder ayudar a otras personas a identificar síntomas, dónde acudir si creen que algo no está bien, a sus familias, amigos o parejas; a sobrellevar miedos, tabúes y entender que el VIH es un tema de salud fundamental hoy en día.

Hacerse la prueba del VIH es una medida necesaria. Y es fácil. Aún así muchas personas evitan hacerse la prueba por una variedad de motivos. A algunos la idea de hacerse la prueba les causa tanto miedo que no se la hacen, mientras que otros piensan que la prueba del VIH es innecesaria porque creen que no corren riesgos. Pero la verdad es que cualquiera se puede infectar con el VIH. Algunos grupos demográficos pueden verse más afectados que otros, pero los factores de riesgo son los mismos para todos.

Tipos de pruebas rápidas

A pesar de ser exámenes de diversa metodología y diferente capacidad diagnóstica, tienen ciertas características en común: su tiempo de ejecución es de 20 minutos o menos, no necesitan equipo especial (incluso se pueden realizar fuera del laboratorio) y cuentan con sistemas de control de calidad interno. Tienen una sensibilidad comparable con las pruebas de ELISA, pero su especificidad suele ser menor.

Según los parámetros vigentes en nuestro país, las pruebas rápidas pueden emplearse para realizar el diagnóstico presuntivo (que se supone) de VIH en dos circunstancias:

Si en tu primera prueba rápida de ELISA obtuvieras un resultado positivo y en ese momento el centro de salud no contara con otra prueba rápida para confirmar por segunda vez dicho resultado, entonces deberás realizarte una segunda prueba para confirmar un diagnóstico presuntivo por VIH; en caso de que ambas pruebas tuvieran resultados diferentes, se deberá efectuar un test adicional de ELISA de 3ra o 4ta generación para obtener un resultado más preciso de infección por VIH. Recuerda que también hay campañas de detección de VIH en todas las estaciones de la red del metro, así como cada 1ro de dicembre que es cuando se celebra el día internacional en la lucha contra el SIDA.

VIH

Para quienes deseen realizarse pruebas rápidas de VIH, pueden acudir a ambas Clínicas Condesa (clínicas especializadas en pacientes con VIH) ubicadas en: Gral. Benjamín Hill 24, Colonia Condesa, 06140 Ciudad de México, CDMX. (cerca del metro Patriotismo L-9 y el metro Juanacatlán L-1) o para quienes residan en la zona oriente de la CDMX puedes acudir a la Clínica Condesa Iztapalapa ubicada en: Combate de Celaya 352, U.H. Vicente Guerrero, 09730 Ciudad de México, CDMX (deberás llegar a la terminal Constituciópn de 1917 L-8 y tomar el minibus que diga “Bachilleres 6 Vicente Guerrero” y pedir que te baje frente a la clínica del IMSS y buscar la calle Combate de Celaya y a un costado del CETIS No. 53).

Aquí les dejo el link de la Clínica Condesa por si desean obtener mayor información al respecto: http://www.condesadf.mx

 

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