En la parte dos de esta serie se habló sobre las complicaciones que pueden presentar las personas cuando su cuerpo comienza a tener algún problema con la producción de insulina, ya sea cuando no se produce en absoluto (Diabetes tipo I) o cuando se ha comprometido de alguna manera su producción o reconocimiento en las células (Diabetes tipo II); sin embargo, existen maneras de evitarlas o retrasar su manifestación.
Es posible evitar que el azúcar amargue tu vida
Las personas con diabetes tipo I pueden administrarse continuamente insulina, ya sea por inyección o una bomba de liberación controlada, para poder utilizar la glucosa consumida; mientras que las personas con diabetes II pueden apoyarse con medicamentos como la metformina (que ayuda a que la poca o mucha insulina liberada pueda ser reconocida de mejor manera por las células)[1] o glibenclamida (que provoca cambios electroquímicos en el páncreas para que libere insulina)[2] y se permita así el paso de glucosa al interior celular.
Además de los medicamentos, la triada indispensable en el tratamiento de diabetes para el buen manejo y pronóstico de la enfermedad, incluye ajustes en la dieta que reduzcan el consumo innecesario de azúcares e incrementos en la actividad física.
Durante el ejercicio se puede utilizar la glucosa que ha sido previamente almacenada como glucógeno muscular (una molécula formada a su vez de muchas moléculas de glucosa juntas). Se ha propuesto que el ejercicio también puede mejorar la captación de glucosa en el músculo al aumentar los receptores de insulina en la superficie celular (aumento de la sensibilidad a la insulina).
Además se han descrito incrementos en la captura de glucosa de manera independiente a la insulina (por producción de óxido nítrico durante el ejercicio) y en un análisis de 14 estudios se evidenció que con tan sólo 8 semanas de ejercicio aerobio de intensidad moderada, había una reducción significativa de la hemoglobina glucosilada (denominada como HbA1c, es la medida de la glucosa asociada a glóbulos rojos, que refleja el estado de los últimos 3 meses)[3].
La actividad física también disminuye riesgo cardiovascular, presión arterial, colesterol, ansiedad, depresión y en general mejora la calidad de vida.[4] No obstante, es necesario estar bien compensado, y tener una evaluación médica antes de comenzar cualquier plan de ejercicios para evitar una hipoglucemia (disminución excesiva de la glucosa) u otra complicación. Para mayor información acerca del ejercicio en personas con diabetes consulta las referencias [3], [4] y [5].
Espero que mediante el conocimiento del funcionamiento de la bioquímica del cuerpo, quede más claro que las complicaciones o muertes producidas por esta enfermedad ocurren principalmente cuando se deja acumular la glucosa en el organismo, más que por la diabetes per se.
Si tú, o la persona por la que te encuentras leyendo estas líneas, ha sido diagnosticado con diabetes, recuerda que mantener un estado de bienestar tal vez requiera un poco más de esfuerzo, pero al seguir una dieta saludable, realizar actividad física regularmente y tomar los medicamentos conforme lo indicado, es posible evitar las complicaciones mencionadas e impedir que el azúcar comience a amargar tu vida.
Referencias
[1] An H, He L. Current understanding of metformin effect on the control of hyperglycemia in diabetes. J Endocrinol. 2016; 228(3): R97-106.
[2] Frederico MJ, Castro AJ, Menegaz D, De Bernardis Murat C, Mendes CP, Mascarello A, Nunes RJ, Silva FR. Mechanism of Action of Novel Glibenclamide Derivatives on Potassium and Calcium Channels for Insulin Secretion. Curr Drug Targets. 2016
[3] José Hernández Rodríguez; Manuel Emiliano Licea PuigII. Papel del ejercicio físico en las personas con diabetes mellitus. Rev Cubana Endocrinol 2010; 21(2): 182-201 (http://www.bvs.sld.cu/revistas/end/vol21_2_10/end06210.htm)
[4] Márquez Arabia JJ, Ramón Suárez G, Márquez Tróchez J. El ejercicio en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Revista Argentina de Endocrinología y Metabolismo. 2012; 48 (4):203-212 (http://www.scielo.org.ar/pdf/raem/v49n4/v49n4a06.pdf)
[5] La diabetes y el ejercicio. Centro de información de la salud de la Cleveland Clinic. The Cleveland Clinic. 2005. (http://www.clevelandclinic.org/health/sHIC/doc/S4829.pdf)

A Beatriz Díaz le tocó nacer en el pedazo de tierra que llaman México; nació como defeña, se crió como mexiquense y actualmente disfruta de la vida chilanga. Orgullosa hija de la escuela pública, es egresada de la mejor universidad de México. Comenzó en la ‘Prepa de Insurgentes’, continuó en la gran Ciudad Universitaria para graduarse como Química Farmaco Bióloga, prosiguió con una Maestría en Ciencias Bioquímicas y finalmente se graduó con honores como Doctora en Ciencias Bioquímicas.