“A veces abrigo la sospecha de que muchos de los problemas que nos afligen —me refiero a la crisis de valores, a la claudicación ante las seducciones de la publicidad, a la necesidad de salir en la televisión, en fin, todo eso de lo que solemos quejarnos en columnas como esta— se deben a la infeliz formulación de la Declaración de Independencia de Estados Unidos del 4 de julio de 1776, en la cual, con masónica confianza en las “magníficas suertes progresivas”, los Padres Fundadores establecieron que a todos los hombres se les reconoce el derecho “a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad”.
A menudo se ha dicho que era la primera afirmación del derecho a la felicidad en la historia de las leyes fundadoras de un Estado, contra la mención del deber a la obediencia u otras severas imposiciones de semejante índole y, a primera vista, se trataba efectivamente de una declaración revolucionaria. Lo que pasa es que ha dado pie a equívocos por razones, osaría decir, semióticas.” – Umberto Eco
Este texto fue publicado en la obra póstuma de Umberto Eco llamada “De la estupidez a la Locura“ en el año 2016, y se titula “El Derecho a la Felicidad”, escrito con relación a una opinión acerca de los cuidados médicos gratuitos en los Estados Unidos.
El relato pasa por la versión de felicidad que propaga la publicidad, la cual muestra el producto en un fragmento en el tiempo donde logra vincular los momentos más tortuosos y vacíos con la felicidad que puede otorgar la compra.
La decisión de compra más ególatra contrapesa con la sensación de infelicidad de un tsunami, terremoto y otros eventos naturales que ponen la felicidad común y la voluntad de hacer el bien como algo que no atenta de manera descabellada a la felicidad personal.
La felicidad es alma mater de las organizaciones actuales, es símil de mayor productividad en las empresas. No obstante, el mismo autor menciona la brevedad, un momento con principio y fin, que puede marcar la historia de una persona debido a la toma de decisiones.
En tiempos de la transformación digital, la búsqueda de la felicidad por las organizaciones tiene relación a bajar el estrés de los trabajadores frente a interrogantes tecnológicas, las cuales tienen el factor de la desinformación constante, actualizaciones constantes, te informas de una forma de operar y puede que al día siguiente sea distinto. Al mismo tiempo en algunos casos de gestión del cambio, las aplicaciones pueden estar creándose en conjunto con las organizaciones. Procesos de estrés en cuanto al cumplimiento de metas y las posibilidades que entrega el sistema y su manejo para alcanzar esas propuestas.
Felicidad alegórica la de las redes sociales, salvo yo, creo que todos en Facebook e Instagram hacen una oda al jubilo y la alegría. La moda de la felicidad convenida por fotografías socialmente aprobadas.
La felicidad es el motor que nos mueve en conjunto para lograr mejores cosas, todos queremos ser felices, la felicidad en conjunto es una conversación pendiente, una oda a los requerimientos propios a la exigencia en conjunto. Todas las buenas intenciones se inician en la felicidad y se terminan en la falta de ésta.
Y para ti ¿Cuál es tu momento feliz?
* Texto extraído de la publicación original en el blog de la autora: https://andreasalinas.cl
Comunicador Social, Master en Comunicación y Educación.
Con experiencia internacional. Me encanta hacer clases y asesorar.
Trabajo en investigación de conductas digitales.
